VÍA LIBRE AL BREXIT
El impresionante triunfo de los conservadores en las elecciones británicas tendrá consecuencias inmediatas en la restructuración de Europa. Boris
Johnson, un político mitad estadista mitad payaso, por el que nadie daba un peso al interior de los tories, terminó por darle a su partido el mayor de los triunfos desde Margaret
Thatcher, en los ya lejanos ochenta y de paso abrió las puertas para un Brexit negociado que ahora debe estar listo y firmado antes del 31 de enero.
Johnson fue elegido para eso. Para completar lo que su antecesora Theresa May fue incapaz de lograr. Una salida de la Unión que acabe con la incertidumbre de más de tres años en los que el Parlamento ha sido incapaz de articular la decisión que los británicos tomaron en las urnas a mediados de 2016.
Pero, además, en un extraño giro político, la oposición y ambigüedad liberal respecto al Brexit terminó por llevar al país de nuevo a las urnas y consolidar un bloque macizo conservador cuyas nuevas mayorías le permitirán adelantar sin problemas los planes del retiro europeo.
Los laboristas, que plantearon en algún momento la repetición del referendo del Brexit, sufren de sus horas más bajas. Jeremy Corbyn, un socialista que tomó el mando del partido fue incapaz de leer la insatisfacción popular de un gobierno anquilosado y facilitó que la demagogia de Johnson diera varios pasos al frente. Será ahora él quien se haga a un lado y posibilite nuevos liderazgos en una colectividad que debe hacer una de las oposiciones más urgentes en la historia reciente de la isla.
Con la vía libre al Brexit 2020 será el año de una nueva Europa sin Londres como soporte fundamental. La economía, la política y las fronteras tendrán que definirse nuevamente. Alemania y Francia requieren un renovado balance tras la enorme ausencia que será pronto una realidad y de su manejo dependerá el futuro mismo de la Unión. El discurso de derecha encontrará en el Reino Unido un nuevo ejemplo para seguir, radical e intolerante, y las voces de nuevas fugas, que se apaciguaron por los tropiezos que mostró el Brexit en el último año, pueden reactivarse ahora que el camino para la partida se ha despejado
Alemania y Francia requieren un renovado balance tras la enorme ausencia que será pronto una realidad y de su manejo dependerá el futuro mismo de la Unión.