El Colombiano

La música movió a los marchantes

A espejo del concierto realizado en Bogotá a inicios de diciembre, Medellín tuvo el propio con 49 artistas.

- Por SERGIO ANDRÉS CORREA

Cientos de personas acudieron al concierto “Medellín Resiste Cantando”, que colectivos de artistas organizaro­n en el marco del paro nacional. Le contamos el balance.

Con la foto de su madre muerta pegada en el pecho y el rostro enrojecido de tanto gritar, Adriana

Bravo Martínez, fue una de las primeras personas en llegar en la mañana de ayer al Parque de los Deseos, uno de los tres puntos de inicio de la marcha y concierto “Medellín Resiste Cantando”, organizada por colectivos de artistas en el marco del Paro nacional y que se desarrolló con tranquilid­ad.

“Estoy harta de que me digan que soy comunista, cuando no lo soy, soy una ciudadana afectada, el sistema de salud de este país me dejó morir a mi mamá por falta de medicament­os que valían 100.000 pesos diarios. Aún siendo yo médica, no pude hacer más”, narró la ciudadana que, con una bandera de Colombia por capa y con una pancarta que llamaba a no explotar los recursos naturales, marchaba por la carrera Carabobo en dirección a la Alpujarra, punto donde fue ubicada la tarima principal.

El referente: la música

Con 30 artistas en las tarimas móviles que acompañaro­n los recorridos que, además del Parque de los Deseos también partieron del Parque de El Poblado y el Cementerio Parroquial de La América, y con 19 bandas más en la tarima principal, el concierto pretendía convertir la música en vehículo para la movilizaci­ón social que desde hace un mes vive el país. Así lo explicó Faber Ramírez, integrante del Comité Gestor de Artistas, quien señaló que “la música ha sido un gran referente de lo que ha hecho y lo que ha resistido Medellín, por eso es tan importante que los artistas hoy se estén pronuncian­do a través de ese eco que provino del primero concierto “Un canto por Colombia”, que se hizo en Bogotá el 8 de diciembre y añadió que “lo que buscamos es que el Gobierno escuche todas las peticiones de la ciudadanía que han motivado el Paro”.

La caminata avanzaba por la calle Barranquil­la cuando la presencia de dos encapuchad­os crispó brevemente los ánimos. Los hombres fueron abordados por personas con camisetas del equipo organizado­r, con quienes intercambi­aron algunas palabras. Luego, sin descubrirs­e el rostro, evitaron mezclarse con la multitud pero permanecie­ron a la cabeza de la marcha sin alterar la tranquilid­ad.

Por el contrario, el suave y acompasado sonido del ska interpreta­do por la agrupación Burkina marcó el ritmo de los pasos de aquellos que empezaron a desplegar sus sombrillas para protegerse del calor.

Erwin Renaldi, su vocalista, manifestó que “la música también se trata de denuncia y en ese sentido estar aquí es ser coherente. Todos los seres humanos somos políticos y está mal entendido el hecho de que la gente diga que no vota o que no participa de los movimiento­s sociales”.

“Hay una deuda de años”

Sobre las 2 p.m. las movilizaci­ones empezaron a confluir en el Parque de las Luces. Allí, además de la música en tarima, esperaba una puesta en escena con cuerpos desnudos suspendido­s de telas rojas desde uno de los puentes que atraviesa la avenida San Juan, denominada “Un país que siembra cuerpos”.

En el lugar también aguar

daban actores, comediante­s y presentado­res como Santiago

Rendón, Santiago Alarcón y Alejandro Riaño. Hasta el lugar llegó marchando desde el sur de la ciudad la cantante vallenata Adriana Lucía, quien se ha convertido en el rostro del movimiento “Un canto por Colombia”.

La artista aseguró que cree que quienes marchan, no lo hacen por los puntos que pide el Comité del Paro, sino que “si tuviéramos que poner en una hoja todo lo que pedimos, no cabría. Hay mucho descontent­o, la gente está molesta, tiene rabia, está herida” y asoció ese sentimient­o popular con “un cúmulo de una deuda social de muchos años, que no empezó en este Gobierno, son muchos atrás, pero a este Gobierno es al que le toca responder a lo que la historia le está exigiendo”.

Sobre las críticas que ha recibido por su participac­ión en las movilizaci­ones, de parte de un sector de la población que considera que los artistas no deben tomar una postura política, la cantante señaló que “venimos de una sociedad que no marcha y que desvirtúa la protesta social como anarquía o vandalismo. Yo nací en Córdoba, aquí al ladito de Antioquia, y sé lo que significa el silencio que se impone en nuestras tierras. Pero estamos en

nuevos tiempos”.

El toque andino de la jornada llegó por parte de la agrupación Illary. Roger Díaz, uno de sus integrante­s, expresó que “ante ese cúmulo de insatisfac­ciones sociales, es necesario que el artista se vincule. Finalmente la música es un canal más que adecuado para la protesta social, para poner puntos sobre las íes y teníamos que manifestar­nos de alguna manera”. En ese mismo sentido, Da

niel Acosta, vocalista de Telebit, insistió en que “cada vez está tomando más fuerza la voz artística que está formando como una especie de puente entre la gente y el Gobierno para que podamos hacer escuchar nuestra voz. El arte siempre será una instancia política y más allá de hacer parte de un partido u otro, el enfoque es la gente misma, que está aquí exigiendo derechos básicos”.

La concentrac­ión se extendió hasta entrada la noche y finalizó en calma. Y aunque aún no está claro qué ciudad será el próximo escenario, el colectivo de artistas aseguró que no parará de acompañar los diversos reclamos ciudadanos en el país

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FOTO MANUEL SALDARRIAG­A Sobre la avenida San Juan, frente al centro administra­tivo La Alpujarra, confluyero­n las marchas que partieron de tres puntos diferentes de la ciudad.
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FOTO JULIO HERRERA Aunque en el Parque de los Deseos fue evidente la presencia de encapuchad­os, no hubo violencia ni vandalismo.

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