CRÍTICA Lo pillé en Twitter

“Que linda fotoooo. Un beso negro”. Lean muy despacio. Aquí vamos, muchachos. El beso es para el negro, pero mejor escribo el Negro, porque supondré que es un apodo cariñoso. Anoten esto: las comas no marcan pausas (pueden hacerlo, mas no es su función principal). Por esto, “hola, Juan”, “Pedro, vení”, “¿cómo vas, mi niño?” y “un beso, Negro” necesitan coma, aunque lo digamos de un solo tiro, sin respirar. Y con necesitan coma quiero decir que es obligatoria, sin peros ni matices. Excepto la coma del beso negro, porque una cosa es “un beso negro” y otra “un beso, negro”. Sobra la explicación. Esta coma (tan poco usada la pobre) separa un elemento que se llama vocativo: muchachos, Juan, Pedro, mi niño y negro/Negro son vocativos en estos ejemplos porque sirven para llamar la atención del otro, y por eso vocativo se parece a vocación, y vocación es llamado. “Ma, tengo hambre”, “tengo hambre, ma”. “Coman niños” no es lo mismo que “coman, niños”: en la segunda niños es un vocativo y, en la primera, comida. Abran WhatsApp y saluden con esta coma del saludo: “hola, tío”, “Juanfer, ¿qué más?”. Y entre otras, ese qué pide tilde (qué linda) y está bien escribir “fotooo”, así, alargada. “Un estudio determinó que si se evitan las lesiones, las actividades atléticas como el fútbol americano, el boxeo o el hockey, mejoran la salud humana”. Si “hola, Juan” tiene coma sin pausa, “… las actividades atléticas como el fútbol americano, el boxeo o el hockey, mejoran la salud humana” tiene pausa sin coma: no pongan coma entre hockey y mejoran. No separen a quien hace algo de su verbo (aunque hay excepciones).