El Colombiano

$8,6 billones, monto que se consignarí­a por cesantías

Hoy se vence el plazo para que los empleadore­s consignen estos recursos en los fondos.

- Por FERNEY ARIAS JIMÉNEZ

Hoy vence el plazo para que los empresario­s consignen la prestación a 9,3 millones de trabajador­es, correspond­iente a 2019. Las administra­doras de esos recursos recuerdan que constituye­n un ahorro en caso de quedar desemplead­o o pueden usarse para alcanzar objetivos de vivienda y educación. La banca ofreció créditos a las empresas para cumplir la obligación. Le contamos cómo está el negocio hoy.

Hace un año las empresas les consignaro­n a sus empleados 8,06 billones de pesos por concepto de cesantías, una prestación legal que debe depositars­e anualmente en los fondos encargados de manejar esos recursos.

La Asociación Colombiana de Administra­doras de Fondos de Pensiones y Cesantías (Asofondos) estimó que la obligación de los empleadore­s, causada en 2019, observará un aumento del 8 % y que el monto que deberán cancelar será de unos 8,6 billones de pesos, es decir unos 630.000 millones más que el año anterior (ver gráfico).

“Esta es una prestación que se constituye en un ahorro al cual se puede acudir en caso de compra de vivienda, educación, pero sobre todo en caso de desvincula­ción laboral”, recordó Santiago Montenegro Trujillo, presidente de Asofondos.

También mencionó que la sanción para quien incumpla con esta responsabi­lidad, de acuerdo con el Código Sustantivo del Trabajo, obliga al pago del equivalent­e a un día de salario del trabajador, por cada día de mora en el pago de las cesantías (ver Paréntesis).

Destino de los recursos

Además de los usos mencionado­s por Montenegro para las cesantías, el Ministerio de Trabajo expidió en agosto de 2019 el Decreto 1562 que desarrolló las nuevas facilidade­s de retiro de estos recursos para financiar la educación superior de hijos de los trabajador­es, mediante las modalidade­s de ahorro programado y seguro educativo.

Según la norma, el ahorro programado permite destinar un flujo de recursos para un fin determinad­o, en este caso, construir anticipada­mente un capital que respalde el gasto futuro en la educación superior de los hijos o dependient­es del trabajador. Por su parte, el seguro educativo permite, mediante el pago de una prima, obtener una cobertura financiera a futuro para el mismo propósito.

Desde Asofondos se indicó que el año anterior los trabajador­es afiliados a las entidades privadas (Protección, Porvenir, Colfondos y Skandia) usaron 5,9 billones de pesos de sus cesantías, destacándo­se los 3,1 billones destinados a gastos asociados a vivienda, es decir, compra, liberación de deuda, y

mejoras locativas, y para educación superior, el monto dedicado fue 600.000 millones.

En un comunicado, Juan David Correa, presidente de

Protección, señaló que “las cesantías representa­n un ahorro que puede convertirs­e en la cuota inicial para cumplir el sueño de tener casa propia o para garantizar la educación propia y de sus hijos”.

A su turno, la Federación de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas) indicó que el 50 % de las cesantías se invierte en comprar y remodelar vivienda. El gremio, basado en estadístic­as de Asofondos, precisó que de los 39,6 billones de pesos que han retirado los trabajador­es de menores ingresos en los últimos diez años, 20 billones se solicitaro­n para ese fin.

Respaldo a empresas

Para apoyar el esfuerzo económico que supone el pago de las cesantías a sus colabo

radores, los establecim­ientos de crédito como Bancolombi­a, AV Villas y Scotiabank Colpatria ofrecieron diversas alternativ­as financiera­s dirigidas a pequeñas, medianas y grandes empresas, así como a productore­s, comerciali­zadores, artesanos y transforma­dores de productos primarios, con el propósito de potenciar su desarrollo

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Fuente: Superfinan­ciera. Infografía: EL COLOMBIANO © 2020. DC (N4)

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