Olores, sonidos y colores que potencian el aprendizaje
La estimulación multisensorial apoya la formación de menores con discapacidad o algún retraso en el desarrollo.
Bajo la lógica de que las personas perciben el mundo a través de su cuerpo y sus cinco sentidos, la terapia multisensorial figura hoy como uno de los métodos con más resultados positivos en la formación y tratamiento de menores con discapacidad o retrasos en el desarrollo.
Se trata de una técnica pedagógica que se enfoca en realizar algún estímulo sobre los sentidos del menor como la música, un olor particular, los colores o las formas, aprovechadas para potenciar su aprendizaje y lograr respuestas sobre alguna necesidad, que conlleven a mejorar su calidad de vida.
Desde que empezó el uso de la terapia multisensorial como método de aprendizaje, y luego de haber buscado respuestas en otras alternativas, Jenny Neira pudo evidenciar avances significativos en el tratamiento de su hijo de cinco años, quien tiene un retraso en el desarrollo del lenguaje.
"Gracias a la terapia, ha mejorado aspectos como el equilibrio, desarrolla trazos más finos o transcribe su nombre. Realiza actividades que antes no", explica.
La estimulación multisensorial se emplea, sobre todo, en menores en edades tempranas; es decir, que tienen hasta cinco años, aunque puede funcionar en otras etapas de la vida.
"Se utiliza mucho en aquellos que tienen autismo, debido a que a veces presentan ansiedad o algunas dificultades para regular el comportamiento, y esta técnica les estimula todos los canales sensitivos, logrando resultados positivos", indica Marta Piedrahita Pérez, magíster en Discapacidad y directora de Atención y Apoyos Integrales de Los Álamos.
Evaluación
El uso de esta herramienta como
“La familia debe ser parte integral y darle cotidianidad desde la rutina del niño en su entorno”. MARTA PIEDRAHITA PÉREZ Directora de Atención y Apoyos de Los Álamos
método de aprendizaje empieza evaluando bien cuál es el potencial de los niños y su preferencia por objetos o actividades que estimulen los sentidos, y desde allí se desarrolla una estrategia.
"Por ejemplo, si encontramos un niño con una defensividad táctil (no le gusta tocar nada), pero que le encanta una pantalla o le gustan mucho los colores o algo que gire, si logro poner el estímulo que le gusta e introduzco una textura la problemática va disminuyendo", explica Piedrahita Pérez.
El éxito de la intervención depende de que se conozcan bien las necesidades específicas de los niños, por lo que además de los profesionales en terapia ocupacional o fisioterapeutas, es aconsejable desarrollarla con un equipo interdisciplinario que estudie a fondo cómo va respondiendo a esta.
La familia
Pero además de una evaluación integral, la terapia multisensorial también requiere de continuidad en el tratamiento, por lo que involucrar a la familia es fundamental.
De acuerdo con la directora de Atención y Apoyos de Los Álamos, "el empoderamiento a la familia en cómo hacer la estimulación en su entorno es muy importante. Si se desarrolla una vez a la semana no se logran los indicadores que se establecen en un proceso terapéutico. La familia debe ser parte integral y darle cotidianidad desde la rutina del niño en su entorno".
Al respecto, Jenny Neira dice que involucrarse en la terapia multisensorial con su hijo también ha sido significativo en la evolución que observa en su forma de relacionarse.
“Esta ha permitido que se mejore la interacción entre él y sus padres”, asegura.
Sin embargo, cabe anotar que no se trata de una técnica milagrosa ni que tiene los mismos resultados en todos los tratados. Como afirma Piedrahita Pérez, “todas las terapias no funcionan en todas las personas. Por eso hacemos una planeación centrada en necesidades específicas y en el potencial, para ver qué funciona. No es una cura milagrosa, sino que aporta a los procesos de desarrollo de los niños, como lo hacen otras”.
Por lo anterior es que, antes de recurrir a esta u otra técnica, lo que se les recomienda a los cuidadores de los niños que requieran este tipo de apoyos es buscar un diagnóstico acertado y una evaluación multidisciplinaria
“No es una cura milagrosa, sino que aporta a los procesos de desarrollo de los niños, como lo hacen otras”. MARTA PIEDRAHITA PÉREZ Directora de Atención y Apoyos de Los Álamos