El Colombiano

Alerta: suben basuras al Páramo de Sonsón

Una denuncia ciudadana alertó a las autoridade­s sobre la desprotecc­ión que vive este ecosistema Esto es lo que pasa.

- Por DANIELA OSORIO ZULUAGA

Habitantes de este municipio del suroriente denuncian afectacion­es por el mal manejo de residuos en el ecosistema. Hay acciones para mitigar impacto.

Sebastián Montoya subió una vez más la empinada colina del Cerro de La Vieja para observar el municipio de Sonsón, en el suroriente antioqueño, desde la altura. Pese a que esta no era la primera vez que visitaba uno de los cerros para tomar fotografía­s, sí era nuevo para él encontrar el páramo en tan pésimas condicione­s. Se sorprendió al ver huecos con varios metros de profundida­d llenos de basura y la vegetación afectada.

Montoya se sintió impotente ante este nuevo panorama y convocó a varios amigos de Medellín para viajar y recolectar basura. “Era tanta que tuvimos que dejar costales arriba”, contó Montoya, quien generó una denuncia que alarmó a la comunidad y a las autoridade­s ambientale­s.

A las basuras, que es la problemáti­ca más visible, se le sumaba “el turismo invasivo que ha aumentado en la región y la subida de personas a peregrinar que van dejando veladoras encendidas sin percatarse del peligro de un incendio forestal”, contó Sebastián.

Sin embargo, ese problema de los residuos, “sin desconocer que es muy grave, se queda pequeño al lado de las otras cosas que están pasando. El tema es mucho más profundo y va más allá”, sentenció Luz Marina Castañeda, funcionari­a de la Secretaría de Asistencia Rural y Medio Ambiente (Saryma).

Un cúmulo de riesgos

¿Qué pasa?. “Deforestac­ión, turismo invasivo, cultivos a gran escala, institucio­nes permisivas y sobre todo, la indiferenc­ia ciudadana son los mayores enemigos del páramo”, dijo el periodista John Dairo García en un especial del canal del municipio, Sonsón Tv, que surgió tras la denuncia.

En eso concuerda, Ana Isabel López, directora regional para la zona páramo de Cornare, “la denuncia de las basuras hizo visible el problema, pero hay cosas más riesgosas para el ecosistema”.

La más alarmante es la expansión de la frontera agrícola, que fue definida en la resolución 261 de 2018 por el Ministerio de Agricultur­a y Desarrollo Rural, como “el límite del suelo rural que separa las áreas donde las actividade­s agropecuar­ias están permitidas, de las áreas de especial interés ambiental que se deben dedicar a la preservaci­ón”.

Es decir, cuando las poblacione­s aledañas al páramo o los ríos que surte se empiezan a acercar más con los cultivos, ponen en riesgo la conservaci­ón de este espacio vital y, por ende, la mayor fuente de agua local. “No son solo los cultivos— que pertenecen a campesinos y a multinacio­nales—, están empezando a talar gran cantidad de árboles en las bases de los cerros, algo que no se veía hasta hace un par de años”, dijo Fredy Orozco, un sonsoneño que ha vivido toda su vida cerca a uno de los cerros y que desde hace más de una década es guía turístico.

Todo esto se vuelve más complejo si se tiene en cuenta que el municipio funciona con un Plan Básico de Ordenamien­to Territoria­l (PBOT) desactuali­zado. Hace 20 años ni las autoridade­s ni los habitantes de la zona páramo dimensiona­ban la importanci­a de esta reserva natural. Por ende, las normas de ordenamien­to territoria­l estaban escritas sin esa premisa. Pero, aunque las cosas han cambiado, las reglas no.

El mismo alcalde, Edwin Montes, lo dijo: “El páramo es la joya más grande y cuidarla es mi obligación, la de las autoridade­s y los sonsoneños”.

Qué se está haciendo

La directora regional para la zona páramo de Cornare reconoce que como autoridad ambiental faltan cosas por hacer, pero advierte que la situación no solo depende de esta entidad y que la Alcaldía debe actualizar las normas “para que nosotros podamos hacerlas cumplir”. Agregó que es necesario actualizar el PBOT para definir los espacios en los que las personas pueden hacer aprovecham­iento del terreno, como cultivos y talas autorizada­s.

Cornare ya realizó la declarator­ia del Distrito Regional de Manejo Integrado, que abarca una área protegida para controlar el deterioro de los recursos naturales, los paisajes y la calidad de vida de las comunidade­s que lo habitan.

Ahora bien, añadió López, “el impacto más grande somos nosotros que contaminam­os y usamos mal los recursos”, por lo que en este proceso es clave la educación. Para eso están realizó unos módulos de comunicaci­ón con audiovisua­les, cuñas radiales y plegables para explicar, desde las caracterís­ticas del páramo y la importanci­a de este ecosistema, hasta la normativid­ad que hay al respecto y cómo debemos cuidarlo.

Por ahora, mientras avanzan estos procesos educativos, es necesaria una articulaci­ón entre la empresa prestadora de servicios públicos Aguas del Páramo, la Administra­ción Municipal y Cornare que garantice el cumplimien­to de las normas y verifique que la comunidad las cumpla

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FOTO EDWIN BUSTAMANTE Y CORTESÍA SEBASTIÁN MONTOYA En un intento por recoger la basura del cerro, varias organizaci­ones del municipio han subido en compañía de la comunidad para ayudar.
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