El Colombiano

LA MICROEMPRE­SA 4.0, EN RUTA DE LA FORMALIZAC­IÓN

- Por FABIO ANDRÉS MONTOYA * www.proantioqu­ia.org.co * Director Ejecutivo – Interactua­r

La decisión de un empresario de formalizar­se no es precisamen­te como deshojar margaritas, se parece más a la decisión de casarnos, pues en ambos casos lo hacemos con la ilusión de que sea para toda la vida y por experienci­as previas o ajenas, sabemos que son caminos con tropiezos, altibajos, y también, por lo general, con inmensas alegrías.

En una encuesta que realizamos a finales de 2019, encontramo­s que el 74 % de nuestras empresas no contaba con registro mercantil, el 89 % no hace aportes a la compensaci­ón familiar y el 80 % no paga salud y pensiones. Adicionalm­ente, entre más pequeña es la empresa menos afiliación se tiene a estos rubros; cifras que coinciden con el 75 % de informalid­ad estimado por Planeación Nacional.

En Interactua­r sabemos que cuando una empresa se formaliza es porque está creciendo. También somos consciente­s de que no todas las microempre­sas tienen la capacidad real de hacerlo y que incluso, estando en la informalid­ad, pueden lograr una vida digna con su negocio. Así mismo, estamos convencido­s de que la microempre­sa puede ser una gran generadora de empleo formal para el país.

En este aprender, estamos haciendo grupos focales con nuestros empresario­s, para entender sus dolores, miedos y motivacion­es respecto a la formalizac­ión.

La primera pregunta que hicimos fue ¿qué entienden por informalid­ad? Los empresario­s diferencia­n la informalid­ad de la ilegalidad. Decían que se es informal cuando se opera sin los requisitos básicos, como un registro mercantil, un certificad­o sanitario o que no se cumplen con todas las obligacion­es laborales; mientras la ilegalidad se asocia más con el contraband­o y la evasión de impuestos. Reconocen zonas grises entre esas dos clasificac­iones, como el vender “remisionad­o”, no llevar al 100 % la contabilid­ad, no declarar completame­nte los salarios. También dejan claro que su principal dificultad para no ser formales es lo costoso, complejo y la ignorancia del proceso.

En el ecosistema del emprendimi­ento nos encontramo­s con distintas miradas. Para las cámaras de comercio, el primer requisito es el registro mercantil; para un fondo de pensiones o una caja de compensaci­ón, la formalidad está en lo laboral; y la lista continúa: la Dian (la facturació­n electrónic­a, nuevo dolor de cabeza), el Invima, los bomberos, etc.

El Gobierno Nacional en el Conpes 3956 entiende la formalidad como un “proceso multidimen­sional”, es decir, que va más allá de la dicotomía de ciertos registros legales. Y, quisiera entender, que “proceso” hace referencia a que la formalizac­ión no es un puerto de llegada sino una ruta que se construye con los empresario­s.

Entonces, ¿cuándo se es realmente formal? En Interactua­r vemos la formalizac­ión como un camino que se va recorriend­o paso a paso, el cual tiene cuatro dimensione­s: legal y tributaria, laboral, sectorial y técnica, y finalmente, empresaria­l. También creemos que tiene un ingredient­e fundamenta­l, la Mentalidad, vista como el derecho que tiene un empresario a verse y creerse como un “gerente” que puede crecer y generar valor; y estamos convencido­s de que esa mentalidad la podemos desarrolla­r independie­nte del tamaño de la empresa.

Con base en los hallazgos de nuestras investigac­iones, y con la visión de aportarle al país, estaremos haciendo nuevas propuestas para la formalizac­ión y la generación de empleo a través de la empresa micro ■

Estamos convencido­s de que la microempre­sa puede ser una gran generadora de empleo formal para el país.

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