ESTADOS UNIDOS DE IZQUIERDA
A sus 78 años, y con más de medio siglo de servicio público, el demócrata Bernie Sanders está en el pico de su vida política. El autoproclamado socialista, quien prometió escorar su partido hacia la izquierda, lo está logrando y, además, en un golpe de autoridad y con solo dos primarias superadas, es ya el nuevo favorito para enfrentarse a Do
nald Trump en las generales de noviembre. Faltan aún muchos votos por emitir, muchos estados por conquistar y unos cuantos debates para sortear, pero Bernie empieza a ver a sus contrincantes por el retrovisor. A todos, incluido el hasta ahora preferido de las encuestas, el vicepresidente de Obama, Joe Biden.
Frente a la desgracia que significa la presidencia de Do
nald Trump -con su racismo, su intolerancia e ilegalidad impune- un porcentaje importante de los estadounidenses quieren un viraje radical y en ese deseo moderados como Biden o el sorprendente joven
Pete Buttigieg tienen grandes dificultades para venderse. Sanders, por el contrario, con una increíble reivindicación de los derechos sociales y a pesar de una etiqueta de izquierda que en el centro del capitalismo aparentaba ser fatal, logró remar una vez más una candidatura sólida y entusiasta.
Más allá del buen resultado en las primarias de Iowa y New Hampshire, lo que le dio un impulso sorprendente a la candidatura del senador por Vermont, es el decepcionante resultado de sus contrincantes más fuertes. Biden y Elizabeth Wa
rren aún no despegan y no logran ni si quiera entrar en el podio de las primeras votaciones. La juventud lo tiene como candidato y el voto de opinión también se inclina a él.
Como era de esperarse, la batería de ataques ya empezó. Desde la Casa Blanca, con un presidente grosero y temeroso, pero también desde el Partido Demócrata con las amenazas típicas de aquellos que ven cómo se difuminan las posibilidades del establishment.
Los insultos se venden con el camuflaje más obvio, el del temor, el de la satanización de la izquierda y la equiparación de sus propuestas a la demagogia. Y aumentarán con el paso de las semanas y de las nuevas votaciones. El sábado serán las de Nevada y luego, el 3 de marzo, el famoso supermartes de 14 estados. Ahí la carrera podrá tomar un rumbo definitivo y se escucharán más agresiones. Serán los temblores que anteceden la llegada de un cambio profundo
Como era de esperarse, la batería de ataques contra Sanders ya empezó. Desde la Casa Blanca, con un presidente grosero y temeroso.