SIN PRECEDENTES
La actividad atlética del planeta sufre una crisis que solo tiene antecedentes en las guerras mundiales.
El coronavirus repetiría lo que ya pasó en las guerras mundiales: cancelar dos olimpiadas y dos mundiales de fútbol. En vilo, los Olímpicos, Eurocopa y Copa América.
Dos años llevaba Manuel
Maté preparando la exhibición de Roger Federer en Colombia, labor que demandó dinero, tiempo, permisos y cientos de trámites, además de un amplio equipo y una logística que el dirigente compara con la requerida para traer a un equipo como Real Madrid o alguno de la NBA.
Todo el esfuerzo se fue al piso dos veces: primero, en noviembre pasado, por el toque de queda, producto de las manifestaciones vividas el 22 de ese mes en Bogotá. Luego se repitió la frustración, en febrero pasado, con el anuncio de la lesión del jugador. Maté es consciente de que lo ocurrido fueron contingencias propias del negocio.
Se trataba de una exhibición de dos tenistas (el otro era Ale
xander Zverev) en un escenario para 14.000 aficionados. Este es un ejemplo que sirve para ilustrar el desbarajuste de un certamen a mayor escala, como el Giro de Italia, suspendido ayer debido a la pandemia del coronavirus, y que reúne un staff de 470 personas de logística, además de cerca de 4500 más (ciclistas, directores técnicos, acompañantes, comisarios, personal médico, mecánicos, directivos, autoridades y periodistas), que hacen parte de la caravana, para garantizar que las tres semanas de carrera, en los más de 500 lugares que atraviesa, se desarrollen exitosamente.
Ni qué hablar de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 que, si finalmente se posponen o cancelan, quedarán en el limbo. Estos suponen un esfuerzo de siete años, pues se comenzó a trabajar en la organización en 2013 y recibieron una inversión que pasó de 13.000 a 16.000 millones de dólares, con sobrecostos, convirtiéndolos en los más caros de la historia.
Tal vez con esa radiografía sea más fácil dimensionar el caos que atraviesa el deporte mundial en todos los niveles. Existe un agravante más, como señala Maté: “no hay antecedente para afrontar una hecho semejante como la ola de suspensiones y cancelaciones por la crisis sanitaria del Covid-19. Ni siquiera existen pólizas para cubrir los daños generados”.
Este fenómeno, visto desde los organizadores y comercializadores de eventos, es pertinente en tanto que expone la situación de la industria.
Por supuesto que el problema va mucho más allá, porque el golpe económico por la pandemia se sentirá en todos los sectores. Sin embargo, en lo que atañe al deporte, hay
unos factores que calan más hondo en la sociedad.
“El deporte representa los mejores valores de la civilización, es la herramienta diplomática más universal y un vehículo a través del cual se redefinen las sociedades. En las coyunturas más importantes de los últimos 100 años, este tuvo una injerencia capital. Solo las dos guerras mundiales pudieron frenarlo a gran escala y por eso una suspensión global genera un impacto sicológico tan fuerte”, explica Juan José Baena, historiador de la U. Nacional.
En parte por el complejo entramado político y cultural que le asignaron las naciones al deporte, y por el poderío económico que acumularon organizaciones y eventos, es que esta actividad siempre actuó de forma independiente ante momentos de trascendencia.
Entre la vastedad de ejemplos cabe mencionar la masacre, en plenos Olímpicos de Múnich 72, de 11 atletas judíos, hecho que no fue suficiente para cancelarlos. O los campeonatos locales, internacionales y hasta el Mundial-78 en Argentina, que convivieron sin traumatismos con dictaduras latinoamericanas.
Una lección de humildad
Jorge Valdano, ídolo del Real Madrid, dijo esta semana en
Onda Cero que lo que vive el fútbol (y otras disciplinas) es una lección de humildad. Recuerda que ni este deporte, que se ha sentido tan inmune a tantos sucesos, tiene más poder que la naturaleza.
Es una prueba también de adaptación. Para reacomodar los calendarios, una vez pase este momento, los “imperios” como la ATP (tenis), NBA (basket), FIA (automovilismo), Fifa (fútbol), MLB (béisbol) y COI (Comité Olímpico Internacional) apelarán a la austeridad y a la solidaridad, pues reanudar certámenes, como Champions y ligas europeas, dependerá de la voluntad ajena. Es decir, dirigentes de cada competencia tendrán que llegar a acuerdos que en la dinámica actual no son comunes.
Lo más importante, como señalan empresarios, deportistas, directivos y aficionados, es que de este cese obligado el deporte salga fortalecido.
La portada ayer del diario Marca en España, quinto país con más casos de coronavirus (5.232) y uno de los últimos en Europa en cancelar su actividad deportiva, resulta diciente: una camiseta de fútbol con el nombre Covid en su espalda y un mensaje grande en la parte baja: “te vamos a ganar”