CALMA, CORAJE Y CAMBIO
Querido Gabriel,
No hay nada más importante ahora que pensar en respuestas ante la crisis por la pandemia global del coronavirus COVID 19. Conversemos de esto, que nos ha tomado por sorpresa a casi todos. Líderes públicos y privados estamos aprendiendo sobre la marcha; los colombianos estamos descubriendo que, a pesar de ser una de las sociedades que más se baña en el mundo, nuestras prácticas de higiene pueden aún mejorar muchísimo. Preguntémonos ¿cómo podemos adaptarnos a un asunto inédito, dinámico y exponencial en su desarrollo?, ¿será que esto nos corresponde a todos, personas, familias y organizaciones y no debemos dejar solos a los líderes políticos ni tampoco sentarnos a esperar su orientación?
Para poder responder rápido ante un desafío como este, es crucial primero, respirar profundo, mantener el control y tomar las cosas con calma. “La calma somete a lo agitado”, dice el Tao Te King. Luego, debemos hacer como sugería David
Bohm: “suspender nuestras creencias”. No vamos a atender correctamente esta crisis si permanecemos apegados a los viejos valores y a nuestros planes de negocio o de gobierno. ¿Cómo hacemos para desprendernos rápido del miedo, tomar control de las emociones, comprender la ciencia y aprender de otros países de tal manera que no repitamos las historias de fracaso?
De tantos buenos ejemplos, esta semana encontré dos que son además símbolo de que la sabiduría es prevalente, pero debemos mirar con atención para encontrarla. Me contaron la historia del niño Martín Restrepo que hizo un examen de lavado de manos a su papá y detectó todas sus fallas. “Usted no se las lava así siempre, y así tampoco es”, y le mostró cómo se hace con cuidadoso detalle, repitiendo cada movimiento mientras cantaba dos veces la canción del Happy Birthday, para llegar al tiempo requerido de 40 segundos. “Nos las tenemos que lavar muy bien, no ahora sino siempre”. Los primeros maestros para los nuevos problemas serán los niños que aún no tienen creencias y se adaptan de inmediato.
Por otro lado, el caso más contundente de liderazgo público es el de Lee Hsien Loong, primer ministro de Singapur, quien en su alocución, realizada el 8 de febrero, apenas dos semanas después del primer contagiado reportado en su país, nos da una lección sublime de liderazgo en tiempos de crisis.
Presenta sus valores y reconoce las emociones reinantes, al invitar a la calma y el coraje, con claridad y esperanza, señalando que primero estará siempre la vida. Comparte además acciones concretas: elementos de protección, cambios en prácticas sociales, etcétera. Da también claridad sobre lo peor que puede pasar y sugiere una preparación “mental y sicológica” ante un problema cambiante, que requerirá probablemente restricciones a la circulación, a las reuniones públicas y permanencia de muchos en su casa. Invita a la solidaridad colectiva de líderes, gremios, sindicatos, voluntarios, trabajadores de la salud y a todos sus conciudadanos. Nos inspira: “Confío en que vamos a salir adelante de este problema. (…) La verdadera prueba es a nuestra cohesión social y resiliencia sicológica. El miedo y la ansiedad son naturales. Todos queremos protegernos y proteger a nuestras familias de algo nuevo y desconocido. Pero el miedo puede hacer más daño que el virus. Puede tornarse en pánico o hacer que hagamos cosas que empeoren la situación, como circular rumores en línea, acumular tapabocas o comida, o culpar a grupos de población particulares por la enfermedad. En lugar de esto, debemos mantener el coraje, mirar juntos a través de estos tiempos difíciles”. Se despide con un bello consejo: “Mantengámonos unidos y resueltos (…) tomemos precauciones, ayudémonos uno al otro, conservemos la calma y continuemos con nuestra vida”
*Director de Comfama
“Mantengámonos unidos y resueltos (…) tomemos precauciones, ayudémonos uno al otro, conservemos la calma y continuemos con nuestra vida”.