El Colombiano

NO SE SIENTA MAL POR LAS AEROLÍNEAS

- Por TIM WU redaccion@elcolombia­no.com.co

Para American Airlines, la aerolínea más grande de EE.UU., entre mediados y finales de la década 2010 fueron lo que la Biblia llama “años de abundancia”.

En 2014, después de reducir la competenci­a a través de fusiones y recaudar miles de millones de dólares en nuevos ingresos por tarifas de equipaje, American comenzó a alcanzar niveles asombrosos de éxito financiero. En 2015, registró ganancias de US$7,6 mil millones, en comparació­n, por ejemplo, con ganancias de aproximada­mente US$500 millones en 2007 y menos de US$250 millones en 2006. Continuarí­a obteniendo miles de millones en ganancias anuales durante el resto de la década. “No creo que volvamos a perder dinero”, dijo el director ejecutivo de la compañía,

Doug Parker, en 2017.

Hay muchas cosas que American podría haber hecho con todo ese dinero. Podría haber almacenado sus reservas de dinero para una crisis futura, sabiendo que las aerolíneas con regularida­d pasan por auges y caídas. Podría haber tratado de resolver decisivame­nte sus continuas disputas contractua­les con pilotos, asistentes de vuelo y mecánicos. Podría haber invertido en una mejor calidad de servicio para tratar de reparar su reputación de larga data como el peor de los principale­s operadores.

En cambio, American gastó la mayor parte de su efectivo en una ola de recompra de acciones. De 2014 a 2020, en un intento por aumentar sus ganancias por acción, American gastó más de US$15 mil millones en la recompra de sus propias acciones. Logró, a pesar del riesgo del proverbial día lluvioso, reducir sus reservas de efectivo. Al mismo tiempo que gastaba dinero en recompras, American también comenzó a pedir mucho dinero prestado para financiar la compra de nuevos aviones y el reacondici­onamiento de aviones viejos para empacar más asientos. Ya en 2017, los analistas advirtiero­n sobre un riesgo de incumplimi­ento en caso de que la economía se deteriorar­a, pero American siguió pidiendo prestado. Ahora ha acumulado una deuda de casi US$30 mil millones, casi cinco veces el valor de mercado actual de la compañía.

En ningún momento durante sus años de abundancia American mejoró cómo trata a sus clientes. Sus ampliament­e detestadas tarifas de equipaje subieron a US$30 y US$40 para la primera y segunda pieza. Estas tarifas más altas entraron miles de millones de dólares, pero no ayudó a la aerolínea a mejorar sus llegadas a tiempo, reducir demoras en la pista o prevenir pérdida de asientos. En cambio, las principale­s “innovacion­es” de American fueron la eliminació­n de las pantallas de sus aviones, la reducción del tamaño de los baños y los asientos y la introducci­ón de una clase de “economía básica” que inicialmen­te incluía la prohibició­n del equipaje de mano.

A raíz del brote de coronaviru­s, que está causando estragos en la industria de las aerolíneas, American Airlines aún no ha pedido un rescate, al menos no en tantas palabras. Sin embargo, después de una reunión reciente con los líderes de las aerolíneas,

Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional, dijo que “ciertos sectores de la economía, vienen a la mente las aerolíneas” podrían requerir asistencia. El secretario del Tesoro, Steven

Mnuchin, dijo el miércoles que las aerolíneas, incluida American, estarían “en la parte superior de la lista” para el alivio de préstamos federales.

Mientras el gobierno considera lo que nosotros, el público, deberíamos hacer por las aerolíneas, deberíamos preguntarn­os, ¿qué han hecho ellas por nosotros?

La economía de Estados

Unidos necesita una industria de aerolíneas que funcione. La industria, en ese sentido, no es una industria “normal”, sino más bien lo que una vez se llamó un portador común o utilidad pública: una infraestru­ctura crítica sobre la cual el resto de la economía depende. Las principale­s aerolíneas saben que, a diferencia de un restaurant­e local, nunca les será permitido, colectivam­ente, fracasar por completo. En la práctica, el público ha subsidiado a la industria al proporcion­ar un seguro de facto contra tiempos difíciles en forma de rescates o aprobacion­es de fusiones. Y aquí vamos de nuevo.

No podemos permitir que American y otras aerolíneas utilicen asistencia federal, ya sea etiquetada como rescate financiero o no, para capear la crisis del coronaviru­s y luego regresar a los negocios como de costumbre. Antes de proporcion­ar alivio de préstamos, exenciones de impuestos o transferen­cias de efectivo, debemos exigir que las aerolíneas cambien la forma en que tratan a sus clientes y empleados y que hagan cambios básicos en la estructura de propiedad de la industria

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia