¿Y SI EL VIRUS NO SE VA?
Las decisiones frente a qué medidas adoptar para la prevención del coronavirus les corresponden a las autoridades competentes en el tema, que globalmente parecen haber llegado a un acuerdo: la prioridad es “aplanar la curva”, aislamiento social para mitigar la propagación del virus y prevenir desbordar la capacidad del sistema sanitario. Quedarnos en casa.
Ahora, ¿cuánto tiempo debemos estar aislados? Parece no haber un consenso: dependerá de cómo evolucione el virus a nivel global, de ver qué medidas son efectivas y cuáles no. Sin embargo, algo está claro: ningún país, menos uno con tasas de informalidad ridículamente altas como Colombia, puede darse el lujo de estar paralizado para siempre.
El golpe para la economía será fuertísimo, pero no puede ser letal. Las autoridades sanitarias determinarán qué medidas deben cumplirse, pero es responsabilidad de todos empezar a buscar mecanismos que eviten que el país se paralice totalmente: la economía debe encontrar cómo seguir moviéndose. Algunas ideas.
La mayoría de las universidades le apuestan en el mediano y largo plazos a la digitalización en muchos aspectos. Sin embargo, esta contingencia las obliga a experimentar de frente con la virtualidad. Deben verlo como una oportunidad: diseñar contenidos que se lleven al ritmo del estudiante y no del profesor, integrar material de apoyo multimedia, recibir retroalimentación más pronta respecto de aprendizajes adquiridos. Acercarse más a un “Aristóteles Digital”.
La mayoría de las empresas tienen significativos costos fijos en espacios físicos. Verse obligados a experimentar con el teletrabajo les permitirá hacerse replanteamientos: ¿qué tan necesario es todo el espacio que acaparan? ¿Hay otras alternativas?
Rappi, Mercado Libre, Amazon y otras plataformas tienen un reto tremendo: que se sigan intercambiando bienes y servicios sin la necesidad de desplazarse, evitando contactos físicos, crucial dada la coyuntura. Ojalá surjan más iniciativas similares.
China y Corea han tenido relativo éxito conteniendo la propagación del virus apoyándose en parte en datos de GPS de teléfonos móviles para rastrear los movimientos de individuos infectados, permitiéndoles identificar zonas de riesgo, rastrear de forma más efectiva posibles portadores y optimizar los recursos invertidos en pruebas. Si la situación actual se extiende, esta podría ser una herramienta interesante para continuar algunos aspectos de nuestras vidas a pesar de que el virus siga rondando.
Falta mucho, y sabemos muy poco, pero hay que irnos preparando: debemos aprender a convivir con el virus
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.