COVID-19: QUE LA COMUNICACIÓN SEA ALIADA, NO UNA AMENAZA
Son más de 216.000 casos de COVID-19, en más de 168 países, cifra que continuará en ascenso. Lastimosamente, este indicador no debería pesar más que las recomendaciones que las organizaciones de salud han establecido para contener el virus. El afán por acceder a información inmediata sobre nuevos casos en el país hace que perdamos del foco el autocuidado y carezcamos de argumentos para confrontar las noticias falsas y la “infoxicación”.
“Wei-chi” traduce del mandarín al español la palabra crisis, la cual puede descomponerse en “wei” (peligro) y “chi” (oportunidad); frente al COVID-19, son más los riesgos que las oportunidades ante un contagio de esta magnitud. Sin embargo, la comunicación puede ser nuestra aliada para ampliar nuestro conocimiento, para tomar decisiones acertadas en nuestros hogares y definir estrategias que mitiguen el impacto en las compañías. De la misma manera, utilizar erróneamente la comunicación puede amplificar las noticias falsas y desatar el pánico colectivo.
Los seres humanos y las compañías nos enfrentamos a crisis, personales y corporativas, las cuales no son excluyentes. En ambas se requiere formular cambios selectivos como, por ejemplo: incrementar el lavado de manos y virtualizar nuestra vida. Un cambio selectivo que debemos afrontar es la manera en la que nos comunicamos e informarnos.
Las compañías deben contemplar estrategias de comunicaciones para minimizar el impacto en sus negocios, blindar su identidad y fortalecer su reputación. Al no diseñar un plan, ante esta coyuntura, se incrementa el riesgo de rumores, se genera incertidumbre en los puestos de trabajo y puede crearse una percepción de “irresponsabilidad” o carencia de empatía.
Las redes sociales juegan un rol fundamental para informarnos correctamente frente a las medidas de las instituciones de salud y los gobiernos para la contención del virus. Además de verificar la veracidad, es fundamental que realicemos un cambio selectivo en la manera que consumos noticias. Planteo unas recomendaciones que pueden ser obvias, pero necesarias ante esta coyuntura:
1. Informarse a través de medios de comunicación legítimos u organizaciones oficinales.
2. Leer el contenido completo antes de compartir la noticia a través de redes sociales. En canales digitales existen cuentas que suplantan a otras organizaciones con información falsa, con información aislada y que no corresponde a esta coyuntura.
3. No minimizar la situación. Si bien se debe mantener la calma, restarle importancia al virus hace que nos sintamos menos vulnerables ante este y se reduzcan las medidas de autocuidado.
4. Evite “Infoxicarse” con cantidades excesivas de noticias. Esta situación puede generar que, por el hecho de estar informado, descuide el autocuidado frente al COVID-19