Aleja y Julio no se caen ante un presente adverso
Son dos de los rugbistas más representativos del país y, desde España y Estados Unidos, cuentan cómo enfrentan la pandemia.
Alejandra Betancur, una de las rugbistas colombianas más representativas del momento, a tal punto que ya juega el torneo español, vive en Madrid, donde comparte apartamento con dos ciudadanas españolas, quienes se han convertido, por estos días de emergencia sanitaria a causa del coronavirus, en su nueva familia.
Y justamente esta circunstancia le jugó una mala pasada porque, mientras estaba concentrada en el juego que su equipo, el Cisneros, debía disputar el 14 de este mes, por la semifinal del campeonato de ese país, frente al Majadahonda, el Gobierno español cerraba las puertas y decretaba la cuarentena.
“Tres días antes de ese partido yo aún estaba en Colombia y decidí viajar a Madrid porque no se hablaba de restricción alguna, ni nos habían informado de la cancelación del juego.
Alejandra cuenta que cuando aterrizó en España y llegó a casa, después de un vuelo tranquilo y de pegarse una dormida, recibió de sus compañeras la noticia de la cancelación del juego. “Íbamos a entrenar a las 7:30 de la mañana. No quiero ni decirles lo que sentí, casi me muero, cuando supe del anuncio del Gobierno”.
La jugadora relata que ajusta 10 días en esa situación: años lleva Alejandra en el rugby español. Julio César suma 5 en Estados Unidos.
“No les diré que es fácil, nuestros días pasan entre entrenamientos en casa, lectura de libros, películas y correr a sacar la basura”. Y que lo más difícil es ver lo que sucede en las calles y por eso manda un mensaje a Colombia: “Les doy una voz de aliento, nosotros comenzamos tarde con las medidas de precaución de la propagación del virus, Colombia está a tiempo de no llegar a este punto”.
Un sueño en pausa
En antioqueño Julio César Giraldo se convirtió en el primer rugbista colombiano en jugar como profesional en Estados Unidos y hasta ya consiguió su primer try (anotación), el pasado 15 de febrero.
Lo que nadie sabe es que ese día, jugando con Nueva York frente a Austin, sufrió
una contusión cerebral que lo sacó por 3 semanas de la competencia. Cuando estaba apto para regresar, se encontró con el Covid-19 acechando, razón por la cual se canceló la liga profesional en ese país.
“Es algo muy delicado y serio. Una situación que está haciendo que todos pongamos nuestro granito de arena para proteger a los demás, hace pensar que a pesar de tantas diferencias entre las personas, aún podemos hacer cosas muy lindas juntos”, dijo.
Julio César aprovecha este momento para entrenar la parte física y mental. “He subido varios kilos de masa muscular y me siento más fuerte. Leo y fortalezco mi mente y mi alma, que en verdad han sido mi mejor parte en los últimos años”.
Gracias a su temple y coraje está seguro que recobrará fuerzas para seguir ondeando, con su capacidad, la bandera del rugby colombiano