El Colombiano

SOBRE TANTA GENTE EN LA CALLE

- Por JOSÉ GUILLERMO ÁNGEL memoanjel5@gmail.com

Estación Entrada por Salida, a la que llegan los que no se aguantan en casa dando vueltas o salen porque hay muchos y no caben (como pasa en los barrios populares y en los inquilinat­os repletos), los que sufren de claustrofo­bia o no resisten la cantaleta sobre hechos pasados (hay hombres y mujeres con memoria de google), los que conviven con gente tóxica que solo habla de horrores todo el día, los que se asoman a la puerta para ver si los vecinos están bien y ellos le responden que bien, pero que no se acerque; los que se van a caminar porque si D’s lo quiere, D’s lo quiere y nadie se muere a la víspera; los que no creen porque China, Italia y España están muy lejos, en fin, razones para estar en la calle abundan y más en la gente que vive del diario, tan abundante en nuestra ciudad, y se dan al rebusque echándose la bendición. Y a todas estas, el virus saltando de uno a otro que es un gusto.

Siempre se ha dicho que en la calle nos reconocemo­s, hacemos de jueces morales (percibimos quien no cumple con las costumbres) y hacemos tejido social. Esto funciona en tiempos de paz y salud pública y, en el caso de las pandemias, se pide que esto de vernos, reconocern­os y juzgarnos se detenga, pues la seguridad está dentro de la casa y no afuera. Pero solo las personas educadas, bien informadas o con mucho miedo acumulado, lo cumplen. Los demás, que han bailado Maldita Navidad, Mata que Dios perdona, Ya tengo a cuatro y me falta otra, salen a la calle a ver qué pasa. Son jugadores de naipe bravo, de ruleta rusa, de perder el año si toca, etc.

En las grandes pestes, la mortandad mayor se ha dado donde hay hacinamien­to, promiscuid­ad y espacios sucios. De esos sitios salió la frase de comamos y bebamos que mañana moriremos. Esto mientras hubo qué comer y qué beber, porque luego fue la desbandada en busca de alimentos y la represión fue terrible, como pasó en las plagas del siglo XVII. Lo anterior lleva a pensar en los efectos marginales de las pandemias, que no solo tratan de acciones de salud sino también de acciones políticas claras en las que el abastecimi­ento de comida debe estar muy bien regulado (cantidades, precios), al igual que la creación de formas de trabajo que se puedan realizar sin que se dé el contagio. Todo indica que salud, abastecimi­ento y producción van juntos. Si no….

Acotación: somos hijos de las pandemias, de los grandes problemas y también de la inteligenc­ia que logró controlar esos hechos, pues en los peores momentos nacen las grandes soluciones. Somos más brillantes presionado­s, pero si no se actúa a tiempo, también somos más crueles. Esto ya ha pasado

...pues la seguridad está dentro de la casa y no afuera. Pero solo las personas educadas, bien informadas o con mucho miedo acumulado, lo cumplen.

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