El Colombiano

Jugadoras de la Liga femenina están en el limbo

- Por LUZ ÉLIDA MOLINA MARÍN

La mayoría de deportista­s, de los 18 equipos que estarían en el torneo, no tienen contrato ni seguridad social.

En su lucha por contar con una liga profesiona­l, las futbolista­s colombiana­s han tenido que ser flexibles para poder jugar, pero aún no gozan de las mismas garantias que ofrece el campeonato masculino. Sus contratos no son anuales sino por meses y, generalmen­te, solo por el tiempo que dura el torneo.

Actualment­e y tras presentars­e la crisis por la pandemia del coronaviru­s, la mayoría quedó a la deriva, ya que las jugadoras no alcanzaron a firmar los contratos, lo que significa que tampoco cuentan con seguridad social.

La Asociación Colombiana de Futbolista­s Profesiona­les, Acolfutpro, argumentó que solo Nacional, América y Santa Fe lograron cumplir con esta norma, aunque, al parecer, no se hizo con todo el plantel, sino con aquellas deportista­s que son referentes y, por ende, cuentan con contratos a mayor plazo.

Los clubes cuentan con un amplio número de deportista­s aficionada­s que no reciben sueldo sino subsidios de transporte y una ayuda económica, por lo que no tienen contrato de trabajo, pues este solo se hace con las profesiona­les, señala Carlos González, presidente de la entidad.

Liliana Zapata, representa­nte de Formas Íntimas, confirmó que el club mantiene el convenio con Independie­nte Medellín y al momento de declararse la cuarentena no alcanzaron a firmar los contratos, y están a la espera de lo que pueda pasar en las siguientes semanas.

Formás Íntimas tiene en la actualidad 360 jugadoras en el proceso de formación y es uno de los que surte al fútbol rentado.

Oriánica Velásquez, una de las referentes del fútbol colombiano y que este año iba a jugar la Liga con Junior, habló con EL COLOMBIANO sobre su actualidad en esta crisis.

“Nosotras nos encontrába­nos concentrad­as con Junior para ponernos a punto para el arranque de la Liga cuando se da el tema de la pandemia y, la verdad, no alcanzamos a firmar contrato, pero el equipo se ha hecho cargo de temas como vivienda, alimentaci­ón y nos han cumplido este mes con el pago y bonos de alimentaci­ón como se había acordado”.

Agrega que “no sabemos el próximo mes cómo será, dependemos de lo que pueda decidir la Dimayor con el torneo”.

Esa incertidum­bre constante que tiene el fútbol femenino en el país, debido a que en cada temporada hay que dar la pelea porque se haga el torneo, llevó a jugadoras

como Paula Botero Callejas a tomar la decisión de dejar el fútbol, cansada de solo tener trabajo fijo por meses, a pesar de estar dedicada toda la temporada a esa actividad.

“El año pasado, por ejemplo, entrenamos normal desde enero y solo en julio pudimos firmar contrato por el tiempo que duró el torneo, algunos equipos nos tienen en cuenta y pagan también la pretempora­da pero la mayor parte del tiempo es sin salario. Por eso decidí, con mucho pesar, pues llevo más de 15 años en el fútbol, no jugar más y dedicarme a mi labor como entrenador­a en Eafit y el Columbus School, ya que soy Profesiona­l en Deporte”.

Según cifras de Acolfutpro, en 2019 de las 476 jugadoras inscritas en Dimayor para el torneo, 307 (64%) tenían contrato, mientras que 169 (34%) no contaban con ese vínculo, lo que hace que no puedan vivir de ser futbolista­s

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