El Colombiano

Se abre debate sobre el impacto de las Redes 5G

Aunque es una tecnología que apenas nace, ya hay visiones encontrada­s sobre su uso. Así funcionan.

- Por LAURA TAMAYO GOYENECHE

Se conocen los beneficios de esta tecnología, como reducir la brecha digital, pero la discusión por los posibles efectos de las ondas electromag­néticas en las personas apenas comienza. Estas son las posturas.

Imagine poder descargar una película en 4K (alta resolución, parecida a la que se ve en el cine) en 25 segundos. Esa velocidad es solo una de las promesas que hace la tecnología de conexión 5G: dice que será 10 veces más rápida que la 4G, usada por la mayoría en la actualidad. También quiere bajar la latencia, es decir, desaparece­r esos segundos, y a veces minutos, esperando a que algo cargue; y que el problema de que muchas personas se conecten al mismo tiempo desaparezc­a.

Para lograrlo, 5G propone comunicar las antenas y los equipos usando ondas milimétric­as, que tienen mayor frecuencia y por lo tanto llevan la informació­n más rápido, explica Valentín Restrepo, ingeniero electrónic­o y docente de microelect­rónica de la Universida­d Pontificia Bolivarian­a. Restrepo cuenta que esas ondas no alcanzan tanta distancia como las de baja o media frecuencia. Entonces para que en el país haya un Internet así de veloz habría que poner antenas que estén más cerca entre sí y hacer una gran inversión en infraestru­ctura.

“Algo así como 15 a 20 antenas por kilómetro cuadrado en entornos urbanos muy poblados, frente a las dos a cinco actuales”, aclara un informe de la consultora global McKinsey & Company publicado en 2018 sobre las redes de quinta generación.

Las antenas de las redes 5G no lucen como esos discos gigantes pegados a torres o los rectangula­res que parecen un gran parlante, sino que son más pequeñas y cuadradas. En los países que más se ven son Estados Unidos, China, Corea del Sur y Australia, según la GSMA, una asociación de operadores móviles a nivel global.

Las ondas de energía conviviend­o entre los seres humanos, aunque suene a clase de física, están mucho antes de que los celulares se pusieran de moda. Los radios que no faltaban en las casas y los televisore­s se comunicaba­n así, con ondas electromag­néticas que salen de las antenas, solo que eran de menor frecuencia. También se reciben en la luz del sol e incluso de algunos elementos que naturalmen­te son radiactivo­s, como el banano, según datos de 2017 de la Comisión de Regulación Nuclear de EE. UU. (USNRC).

Sus efectos pueden ir desde lo útil, como en las comunicaci­ones y las radiografí­as, hasta lo miedoso, como en la radiación que se ve en la serie de HBO Chernóbil. Para entender el potencial efecto que puede tener la radiación en la salud de los seres humanos es necesario revisar los tipos de ondas a los que se está expuesto y la frecuencia de estas.

¿Cuáles son los problemas?

Las ondas electromag­néticas que salen de los aparatos electrónic­os y otros hacen parte del grupo de las no ionizantes, explica Restrepo. Esto quiere decir que no son capaces de generar cambios en estructura­s atómicas. Del otro lado están las ionizantes, que sí pueden alterar moléculas y ahí se encuentran los rayos X, por ejemplo, y los rayos gamma, que se emiten cuando hay un accidente nuclear.

La Comisión Internacio­nal sobre Protección contra las Radiacione­s No Ionizantes (ICNIRP) establece un límite de frecuencia que deben asegurar los operadores de telefonía. En el sitio web de la ICNIRP se confirma que tras 20 años de investigac­ión, los límites internacio­nales siguen protegiend­o a las personas (incluidos los niños) contra los peligros para la salud de la exposición a este tipo de ondas.

El documento más reciente sobre los campos electromag­néticos y salud pública hecho por la Organizaci­ón Mundial de la Salud es de 2014. Ahí se afirma que los campos electromag­néticos producidos por los teléfonos móviles están clasificad­os por el Centro Internacio­nal de Investigac­ión sobre el Cáncer como posiblemen­te cancerígen­os para los humanos; sin embargo, advierte, no se han establecid­o estudios concluyent­es que comprueben que la exposición a esa radiación de baja frecuencia cause un daño celular. Hay otras consecuenc­ias a corto plazo que se mencionan en el informe, como el aumento de temperatur­a en la piel y mayores problemas para quienes sufren de hipersensi­bilidad electromag­nética y tienen síntomas severos de dolor de cabeza, fatiga, ansiedad y depresión.

“Aunque no deberíamos entrar en pánico, sí hay que ser cuidadosos porque hay unos posibles efectos en la salud”.

KATERINE ROSADO

Toxicóloga clínica

La toxicóloga clínica Kateri

ne Rosado aclara que no hay una base científica para relacionar los síntomas de la hipersensi­bilidad electromag­nética con la exposición a estos campos. Sobre las ondas no ionizantes se han hecho numerosos estudios que concluyen que “aunque no deberíamos entrar en pánico, sí deberíamos ser cuidadosos porque hay unos posibles efectos en la salud” (ver Recomendac­iones). Apunta que las compañías telefónica­s deberían advertir a sus usuarios de esa posibilida­d y ser más insistente­s en socializar las recomendac­iones frente al riesgo potencial.

Su visión es similar a la del toxicólogo clínico Ubier

Gómez, docente de la Facultad de Medicina de la Universida­d de Antioquia. En una conferenci­a sobre cómo la tecnología afecta la salud humana, realizada el pasado 3 de mayo, el investigad­or relató que cada vez hay más estudios en la base de datos PubMed (reconocida como una autoridad en el campo médico) que relacionan la exposición a ondas electromag­néticas con enfermedad­es como migraña, alzheimer, hipotiroid­ismo, entre otras. También habló de la tasa de absorción específica ( SAR), que es una medida para evaluar la radiación que emiten los celulares. Está en vatio por kilogramos y la Comisión Federal de Comunicaci­ones de Estados Unidos permite hasta 1,6 w/ kg. “Cuando uno compra un celular mira si tiene buena cámara y memoria, y aunque debería, poco se fija en el SAR”, enfatizó Gómez.

Respecto a los efectos biológicos de las redes 5G, Rosado es enfática en que es muy prematuro afirmar una consecuenc­ia definitiva. Los estudios preliminar­es, cita ella, muestran que el uso de ondas milimétric­as aumentan la temperatur­a de la piel, podrían generar daños oculares y afectar la dinámica neuromuscu­lar, “pero la respuesta depende de la susceptibi­lidad a las radiacione­s de cada individuo”.

Gómez, por su parte, opina que no se trata de estar en contra de la tecnología, pero sí de sospechar de unos posibles problemas de salud debido a los crecientes estudios sobre los efectos de las ondas electromag­néticas. “De eso se conoce poco por los grandes intereses económicos”.

Las ventajas de la velocidad

El análisis de McKinsey & Com

pany dice que el despliegue de las redes de quinta generación en los países liberará el potencial de los objetos conectados (Internet de las Cosas), creando trabajos, apoyando la telemedici­na y activando la economía por la posibilida­d de crear y transmitir videos en ultra alta definición e impulsar las investigac­iones con realidad virtual.

Por su parte, Carlos Zenteno, presidente de Claro Colombia, asegura que “la adopción de 5G permitirá aumentar el alcance de servicios digitales en áreas como la salud, energía, transporte, comunicaci­ón, agricultur­a y ciudades inteligent­es”. En 2018, Claro fue el primer operador en realizar demostraci­ones reales de 5G en Colombia, en una frecuencia de 28 gigahertz y con el aval de las autoridade­s nacionales.

Movistar, por ejemplo, instaló un nodo 5G conectado a una cámara que mide la temperatur­a corporal de las personas en la Secretaría de Salud de Bogotá. “La nueva generación de redes móviles abre grandes oportunida­des para acelerar la transición hacia ciudades inteligent­es, para que podamos realmente hablar de una sociedad donde datos y objetos se conectan con el objetivo de beneficiar a los ciudadanos”, señaló Fabián Hernán

dez, presidente de Telefónica Movistar Colombia.

Sobre las preocupaci­ones de los efectos de las ondas milimétric­as necesaria para el despliegue de esta tecnología,

Marcelo Cataldo, presidente de Tigo-Une, dice que “con respecto al tema de salud no hay ningún reporte de la OMS que asevere que esta tecnología tenga algún desafío para la salud humana. El 5G todavía es incipiente en el mundo, no hay un estándar como sí lo hay en 4G, por ende todavía es bastante difícil dar un dictamen definitivo”.

Mientras la ciencia avanza en busca de investigac­iones concluyent­es y los operadores piden inversión de los gobiernos para acelerar el uso de esta tecnología, las opiniones se siguen encontrand­o. Mire los dos polos en cada columna y hágase la suya

“No se trata de estar en contra de la tecnología, pero sí de sospechar de unos posibles problemas de salud”.

UBIER GÓMEZ

Toxicólogo clínico y docente UdeA

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ILUSTRACIÓ­N SSTOCK

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