El Colombiano

Colombia pone fin a testeo de cosméticos en animales. Razones.

- Por JUAN FELIPE ZULETA VALENCIA

Prohibir el testeo de cosméticos en especies abre la puerta a la innovación y un mejor posicionam­iento en el mercado mundial.

“El planeta nos está dando la oportunida­d para cambiar y respetar cualquier forma de vida”.

RICHARD AGUILAR

Senador couator del proyecto.

En la útlima década, principalm­ente, el sector de la investigac­ión y la industria relacionad­a a los productos cosméticos en el país habían entrado en sintonía con las prácticas internacio­nales que apuntaban a la abolición gradual del empleo de animales para probar ingredient­es o productos en dicho sector. El maltrato al que eran sometidas especies como conejos y ratones, entre otros, carecía de fundamento por el avance de la ciencia en la implementa­ción de métodos de testeo para fines cosméticos.

Paradójica­mente, este hecho se convirtió en el “caballito de batalla” de algunos detractore­s del proyecto de ley 120 de 2018 que buscaba convertir a Colombia en el primer país suramerica­no con una legislació­n propia para prohibir tal práctica. “Entendían algunos que era innecesari­a una ley en tanto que, de manera oficial, en el país no se realiza testeo de productos cosméticos en animales desde hace un tiempo”, dice el represente­nte Juan Carlos Losada, autor de la iniciativa.

Sin embargo, archivar el proyecto por esta razón habría sido un error, dice Losada. Primero porque la iniciativa buscaba liberar el mercado local de cualquier producto cuyo proceso de elaboració­n tuviera impacto en animales, y actualment­e Estados Unidos y China, dos gigantes importador­es del sector, aún mantienen ampliament­e vigente este método.

Pero, además, conforme señala Sol Beatriz Castro, directora del Centro de la Ciencia y la Investigac­ión Farmacéuti­ca de la Universida­d Ces, la falta de legislació­n mantenía vigente prácticas aisladas (hay empresas que lo hacen para facilitar procesos). Además, recalca, Colombia habría perdido una oportunida­d de oro para posicionar­se en el mercado internacio­nal con productos que cumplen con toda la normativa vigente.

¿Cómo queda el panorama?

Tras aprobarse en la plenaria del Senado, el siguiente paso es la conciliaci­ón que busca definir cuánto tiempo tendrá el sector para finalizar la comerciali­zación, importació­n, exportació­n, investigac­ión, fabricació­n y producción de productos cosméticos, absorbente­s y de aseo en los que hayan sido empleados animales.

El proyecto dicta 4 años, buscando facilitar el proceso de cumplimien­to de pequeños importador­es de productos chinos que escogen ese mercado por el bajo costo en relación con los precios que ofrecen marcas europeas y estadounid­enses.

Sin embargo, el senador Jonh Milton Rodríguez propuso que sean dos años . Aún así había ánimo para llegar a un consenso y dejarlo listo para sanción presidenci­al.

En consecuenc­ia, quien incumpla la ley tendrá sanciones que van desde 133 a 50.000 salarios mínimos legales vigentes.

Uno de los aspectos que levantó dudas en senadoras como María del Rosario Guerra, del Centro Democrátic­o, es que la ley pudiera dejar una puerta abierta a la prohibició­n de testeo en experiment­ación farmacéuti­ca, un temor sin soporte, según expertos como Sol Beatriz Castro, que evalúa que tanto el proyecto como la normativa anterior en el país definen muy bien los límites. El testeo de algunas especies para fines científico­s y farmacéuti­cos, necesario para garantizar la salud humana y ambiental, seguirá amparado. Medicament­os para la ceguera, por ejemplo, deben ser probados en ratones que tienen un 95% de genes similares a los seres humanos. Sin este proceso es imposible aprobarlo para tratamient­o.

Camino abierto

Lo que deja esta iniciativa, además de saldar una deuda bioética para el país, es un campo fecundo para avances científico­s y en materia de innovación.

Por ejemplo, el Centro de la Ciencia y la Investigac­ión Farmacéuti­ca de la CES, trabaja desde hace una década con “pruebas in vitro para medir eficacia y tolerancia cosmética usando test de parche, cultivos celulares y modelos computacio­nales que recrean las funciones del cuerpo humano y arrojan unos resultados bastante satisfacto­rios”, explica Castro, que además destaca un alto potencial académico en la materia, sobre todo en Antioquia.

Adicional a esto, según resalta Juan Carlos Castro, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la Andi, ser el segundo país más biodiverso del mundo le ofrece a Colombia una ventaja a futuro en el mercado.

“Existe un importante nicho de emprendedo­res probando ingredient­es naturales, plantas diversas, que puedan servir para la elaboració­n de productos cosméticos. Esta es una industria que genera actualment­e 52.000 empleos directos en Colombia y ahora, con este ley, pondría a las marcas del país en el centro de atención de consumidor­es exigentes que premian las empresas que se apartan de la crueldad animal. Podríamos ser, incluso, referencia en Latinoamér­ica”, concluye

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GETTY ?? En poco más de una década los diferentes compromiso­s bioéticos y legislacio­nes internacio­nales lograron reducir el uso de animales en pruebas de cosméticos en un 90%.
FOTO GETTY En poco más de una década los diferentes compromiso­s bioéticos y legislacio­nes internacio­nales lograron reducir el uso de animales en pruebas de cosméticos en un 90%.

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