Trabajo infantil, en riesgo de aumentar
La OIT y Unicef alertan que los logros contra la explotación laboral infantil pueden perderse debido a que hay 152 millones de niños víctimas.
Unicef y la OIT advierten que la actual crisis mundial forzaría a millones de niños a trabajar. Analizamos la situación y lo que vendría.
La coyuntura económica que la pandemia de coronavirus ocasiona en el mundo ya ha mostrado un aumento de la pobreza. Entre los afectados por esta circunstancia están los niños, pues la crítica situación de ingresos en sus familias los pone en riesgo de ser forzados a trabajar, lo que va en detrimentos de su desarrollo, salud y seguridad.
Así lo expone el informe “Tiempo de crisis, tiempo de actuar”, elaborado en conjunto entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Unicef. El documento proyecta una relación directa entre factores como el confinamiento y la pérdida de empleo que ha obligado la covid-19, y “el aumento de la pobreza, lo que empuja a los hogares a recurrir a todos los medios disponibles para sobrevivir”.
Y “todos los medios” significa en muchos casos que “los niños que ya sufren esta explotación podrían estar trabajando más horas o en peores condiciones, y otros más podrían ser forzados a soportar trabajos terribles”, advierten las organizaciones.
Para analizarlo en perspectiva, la OIT calcula que por cada 1 % que se incremente la pobreza en el mundo, el trabajo infantil se subirá hasta el 0,7 %. Eso pone en riesgo los avances que la organización ha logrado con Unicef desde el 2000, por los que a la fecha se han reportado 94 millones de niños que han dejado de trabajar.
Al respecto, la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, señaló que “en tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismo de supervivencia para muchas familias, a medida que aumenta la pobreza, las escuelas cierran y la disponibilidad de servicios sociales disminuye, más niños son empujados a la fuerza laboral”.
La clave está en América
Cifras de la OIT demuestran que a pesar de los esfuerzos, actualmente 152 millones de niños son víctimas del trabajo infantil y de ellos 73 millones ejercen labores consideradas como peligrosas. El panorama más complejo está en África, donde 72 millones de niños trabajan (lo que equivale a 1 de cada 5 menores de edad en ese continente). Le siguen Asia y el Pacífico, con 62 millones; y América, con 10,7 millones.
La mayor parte de las labores a las que son obligados se concentran en la agricultura, ganadería, pesca y similares (71 %), el sector servicios (17 %) y la actividad industrial, particularmente la minería (12 %).
Pero crisis económicas pasadas han demostrado que en la experiencia de Latinoamérica podría estar la clave para dar una respuesta adecuada a los efectos de la pandemia sobre este problema. El informe destaca, por ejemplo, que durante la difícil situación que vivió el sector cafetero en Centroamérica entre 2000 y 2001, contrario a lo que se esperaba, el trabajo infantil disminuyó.
“Varios países de esta región presentaron avances en las tasas de niños matriculados en la escuela primaria y un ligero descenso en el trabajo infantil. Los programas de asistencia social desempeñaron un papel importante en la protección del bienestar de los hogares”, indica el documento y explica que las familias en zonas cafeteras que eran beneficiarias de programas de este tipo pudieron proteger mejor los gastos y dar continuidad a la asistencia escolar de los niños, en comparación con zonas donde no se implementaron estos beneficios.
Pero la dimensión de lo que está ocasionando el coronavirus trae desafíos adicionales. Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional advierte que “como nunca antes, los niños están viendo los medios de vida de sus padres destruirse por completo y así, el riesgo de caer en esta forma moderna de esclavitud se multiplica, aunque sea 2020 y ya deberíamos haber logrado erradicarla por completo”.
Por su parte, Lina Arbeláez, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), sostuvo que durante la emergencia sanitaria sí ha sido posible emprender acciones para frenar este flagelo y destacó que la entidad ha activado equipos de protección a través de 117 unidades móviles y se han abierto cerca de 300 procesos para hacer respetar los derechos de los menores de edad encontrados en situación de trabajo infantil.
“En nuestro país aún hay un millón de menores de edad que al estar condenados a la explotación laboral ven frustrados sus sueños, su posibilidad de construir un proyecto de vida y vulnerados sus derechos”, manifestó.
Finalmente, ambas organizaciones llamaron la atención de los gobiernos mundiales para que actúen y para “tomar las decisiones correctas en el momento correcto”, pues consideran que “solo las adecuadas políticas públicas podrán salvaguardar a las familias y sus niños durante la crisis inmediata. Defender los derechos de los niños nunca había sido tan urgente”
EN DEFINITIVA
El manejo que ha dado Latinoamérica a crisis económicas anteriores podría servir de base para combatir un probable incremento del trabajo infantil a partir de la pandemia de coronavirus.