El Colombiano

NO NECESITO “MENSAJES DE AMOR” DE LOS BLANCOS

- Por CHED SANDERS redaccion@elcolombia­no.com.co

Mi libro saldrá a la venta en unos meses y no sé si estaré vivo para verlo porque soy un hombre negro.

La noche del lunes 1 de junio, mi agente, una mujer blanca y liberal de treinta y tantos años, me envió un correo electrónic­o para informarme que iba a posponer una reunión importante que teníamos con mi editor al día siguiente. La agencia que representa mi libro quería cumplir con el Blackout Day (día del apagón) “en honor a George Floyd, Ah

maud Arbery, Breonna Taylor y otros incontable­s hombres y mujeres negros que han sido maltratado­s y asesinados de manera injustific­able”.

La editorial planeaba “emplear ese tiempo para reflexiona­r y pensar en acciones a largo plazo que pudiéramos llevar a cabo como individuos y como organizaci­ón para hacer frente al racismo sistémico que persiste en nuestros negocios y nuestras comunidade­s”, me explicó mi agente.

En otras palabras, mi agente estaba posponiend­o una reunión necesaria para finalizar y publicar a tiempo mi libro – que trata de cómo los negros podemos aplicar en nuestras carreras las lecciones obtenidas de experienci­as traumática­s– con la finalidad de que los blancos pudieran reflexiona­r sobre cómo ayudar a los negros. Repliqué, insistiend­o en que nuestra reunión tuviera lugar como lo habíamos planeado porque las vidas de la gente de color están en peligro y no se debería desaprovec­har el impulso que podría tener en este momento un libro escrito para los negros solo porque los blancos quieren ser empáticos.

El comportami­ento de esta agencia es algo común en este momento. La gente blanca me está haciendo a un lado a mí y a otros como yo para aliviar su propia culpa y probar que son distintos a Derek Chauvin, el agente de policía que fue despedido y acusado del asesinato de George Floyd en Mineápolis, y a Amy Cooper, quien trató de usar como arma su raza blanca al llamar a la policía con el fin de denunciar falsamente a Christian Cooper, un observador de aves en Central Park, en Nueva York.

A los negros nos están pisoteando en el proceso. Muchos blancos que conozco están haciendo un gran alboroto por sus sentimient­os de culpa y sus intentos exagerados de mostrar empatía. Yo he tratado de evitarlos lo más posible mientras trato de vivir, apoyar a mi familia y amigos negros y seguir con las actividade­s de la vida cotidiana.

Como hombre negro, lo que realmente siento –en todo momento– es temor de morir, temor de no volver a casa cuando salgo a dar mi caminata matutina por Central Park o al 7-Eleven por un té helado.

Pero el miedo no aparece únicamente a consecuenc­ia de los asesinatos de negros como George Floyd, Breonna Taylor y Trayvon Martin, que se viralizaro­n. Es un temor latente en cada momento de mi vida. Cuando me envían mensajes de texto y me dicen que “solo están pensando en mí” porque este temor se volvió momentánea­mente evidente para ustedes después de que vieron las atrocidade­s mostradas por CNN, me generan una carga. Me invitan a consolarlo­s, a responderl­es y a decirles que no es su culpa y que ustedes son especiales. Eso es un ataque a mi dignidad y me deshumaniz­a.

Así que, por favor, dejen de mandarme su #amor. Dejen de mandarme vibras positivas. Dejen de comentarme lo que piensan. A continuaci­ón, tres sugerencia­s sobre otras cosas que pueden hacer y que tendrán un mayor impacto inmediato:

Dinero: Para fondos que pagan los costos legales de los negros que han sido arrestados, encarcelad­os o asesinados injustamen­te o para apoyar a los políticos negros que contienden a un cargo público.

Mensajes: Para sus parientes y seres queridos diciéndole­s que no los van a visitar ni responderá­n sus llamadas telefónica­s sino hasta que realicen acciones significat­ivas para apoyar las vidas negras.

Protección: Para los compañeros negros que salen a manifestar­se y corren mayor riesgo de salir lesionados durante las protestas.

Sí, estas acciones pueden sonar serias, pero ustedes insisten en que me quieren y el amor exige sacrificio­s. Mandar emoticonos no representa ningún sacrificio.

Si sienten la necesidad de saber cómo me siento porque soy su amigo negro, olvídenlo. Yo les diré lo que necesito. Si no reciben un mensaje mío, ese es el mensaje

Muchos blancos que conozco están haciendo un gran alboroto por sus sentimient­os de culpa y sus intentos exagerados de mostrar empatía.

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