LA MEMORIA: PERDONAR O REPETIR
“En la vida social y pública, el haber sido o el creerse víctima pareciera darle al sujeto el derecho moral para convertirse en victimario” (p. 1, 2004), con esta frase María Teresa Uribe refleja su impotencia al observar el panorama colombiano, en un contexto donde reina la ignorancia de la memoria y priman los intereses de unos pocos.
En Colombia muchos hablan de un conflicto de cincuenta años y otros lo remontan a aquella época en la que liberales y conservadores se disputaban el poder, cuando la realidad es que “el conflicto” no es uno solo. Desde el bipartidismo, la lucha del narcotráfico, hasta los asesinatos a cientos de líderes sociales, se configuran diferentes contextos de violencia.
Aquí, la memoria aparece como elemento de reivindicación para muchos y como excusa para otros. Existen quienes ven en los sucesos que han violentado el país como un ejemplo y una oportunidad, mientras que otros lo toman como excusa para generar aún más violencia, sacando a relucir frases como “usted dice eso porque no le tocó vivirlo”.
Mientras en La Habana se llevaba a cabo el proceso de paz, en Colombia el panorama era de polarización total entre el SI y el NO del plebiscito, lo cual, se ve reflejado en el contenido histórico, que por un lado se justifica con la ausencia y abandono del Estado en determinado territorio como el detonante de que las personas decidan armarse, lo que – sin justificar los actos de estos grupos– es una característica nefasta del sistema; por otro lado, con el pensar y sentir de los individuos, pues no es fácil para las víctimas perdonar, y tampoco para quienes son espectadores de las catástrofes protagonizadas por las guerrillas.
Es por ello que la memoria debe ser concebida como un ejemplo del cual se debe aprender, más que como una excusa para repetir la historia, es decir, que se debe recordar el conflicto como un “aprendizaje político” por medio del cual se modifique para bien el pensamiento, y para esto la educación debe ser el pilar por medio del cual el pasado se quede en el pasado, y se le permita a la sociedad avanzar hacia un futuro en el cual –así suene utópico– haya más perdón e inclusión, y los silenciados tengan voz, pero sobretodo, en el que la memoria sea ejemplo de resiliencia, mas no la excusa de la violencia
La memoria reivindica a muchos. Para otros, es una excusa.
* Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.