Daniella Álvarez y otros casos de superación en redes
Caso de salud de la exseñorita Colombia muestra, una vez más, el poder de lo digital para alentar solidaridad y reflexión.
“No es común que los famosos usen las redes para mostrar vulnerabilidades como un problema de salud física”.
LINDA PATIÑO
Investigadora en redes sociales
El mismo día en que la presentadora y exseñorita Colombia, Daniella Álvarez, se sometió a una cirugía en la que le amputaron su pie izquierdo por una complicación en su irrigación sanguínea, la presentadora de televisión Linda Palma lanzó su libro La Vida es Linda, en el que cuenta cómo ha enfrentado la esclerosis múltiple que le diagnosticaron en 2008.
De distintas maneras, el sábado 13 de junio, los relatos de dos modelos colombianas que afrontan situaciones difíciles de salud salieron a la luz. Por un lado, están los aprendizajes que le ha dejado a Linda una enfermedad degenerativa sin cura; y por otro, la voz de Daniella, que desde sus redes sociales reveló la dificultad de un giro que hasta ahora comienza.
No es la primera vez que un famoso hace pública una enfermedad y la noticia sacude a sus seguidores. Según psicólogos e investigadores digitales, es un fenómeno que es positivo para las audiencias, en la medida que desmitifica a los famosos como personas con una vida perfecta y ayuda a quitar estereotipos que hay sobre ciertas condiciones de salud.
Por ejemplo, en 2013, se conoció que la actriz Angelina Jolie se sometió a una doble mastectomia (extirpación de ambos senos), para evitar que se le desarrollara un futuro tumor mamario. También está el caso del actor Michael Douglas, que estuvo hace poco de paseo en Medellín, quien ese mismo año contó en una entrevista con el diario británico The Guardian, que tenía VPH, una enfermedad de transmisión sexual que suele ser asociada solo a las mujeres. Algunas figuras colombianas han hablado sobre su salud mental (ver Informe).
La representación del otro
Desde la perspectiva del psicólogo y terapeuta infantil Santiago Gualteros, el hecho de que un famoso acepte que tiene una vulnerabilidad de salud tiene un impacto en la identidad de las personas. “Cuando uno se está formando la idea de quién es, suele tomar referentes del cine y la televisión, que son imágenes desdibujadas de la realidad. Los famosos se vuelven modelos estéticos y culturales y cuando ellos aceptan, por ejemplo, que tienen que quitarse una parte del cuerpo, rompen el paradigma sobre el cual se ve su estética corporal”, explica.
Por su parte, la psicóloga clínica Stephany Muñoz señala que con la vida de los famosos se aplica algo conocido como “sesgo de vulnerabilidad”, que es esa creencia de que su vida es perfecta. Ella dice que “el hecho de que tengan que someterse a procedimientos difíciles, con el fin de preservar la vida, genera empatía y hace que las personas los vean más cercanos, se rompa ese sesgo y se empiece a visibilizar una problemática que le puede pasar a cualquiera”.
El impacto digital
No es común que las personas muestren intencionalmente en redes sociales vulnerabilidades como un problema de salud física o una crisis emocional, señala Linda Patiño, autora del libro Qué diablos hacen los influencers (2019). La regla es que los usuarios hagan énfasis en logros alcanzados y aspectos felices de la vida. El hecho de que una persona con largo alcance de audiencia rompa esa tendencia nunca pasa desapercibido.
“Cuando es un ejercicio genuino, la gente sigue la historia y eso sirve como un ejemplo para sensibilizar frente a otros que están pasando lo mismo”, aclara Patiño. Sin embargo, ella resalta que cuando la historia no se comparte de forma genuina sino que tiene implícito el objetivo de ganar visibilidad y seguidores, es algo que sale mal. Ella pone como ejemplo el caso de la influenciadora australiana Belle Gibson, quien resultó condenada por haber creado en sus redes sociales una historia ficticia de superación personal de un cáncer.
La cirugía de Daniella Álvarez, que salió bien, y la forma en la que ella ha contado su historia replantea nuevamente el sesgo de vulnerabilidad con el que se ha visto históricamente a los famosos