LOS ABUSADORES DE SIEMPRE
Medio oriente arde de nuevo gracias a los abusadores de siempre. El gobierno de Benjamín Ne
tanyahu, envalentonado por el esperpento diplomático que supuso el plan de paz de Donald
Trump, insiste en que aplicará en los próximos meses su plan de anexión de cerca del 30 por ciento de Cisjordania, ocupado actualmente por los asentamientos ilegales. Palestina, indignada, aseguró que si Israel cumple con su amenaza ellos declararán inmediatamente y de forma unilateral la independencia como Estado sobre la base de las viejas fronteras delimitadas en 1967 y de las cuales ya nada queda.
Las posturas de ambas partes no podrían estar más radicalizadas. Los esfuerzos por una salida negociada a uno de los conflictos geopolíticos más apremiantes de la actualidad están paralizados hace años y la derecha israelí insiste en lograr beneficios políticos con sus discursos de mano fuerte y abuso a los territorios palestinos. La llegada de Trump a la Casa Blanca avivó los ánimos ya caldeados, mientras Europa busca caminos de conciliación que, a esta altura, parecen imposibles. La anexión pretendida por Israel es tan violenta y abusiva que le ha merecido un llamado de atención por parte de la Unión Europea y podría acarrearle sanciones al gobierno de Netanyahu, golpeado aún por sus débiles alianzas políticas internas y denuncias frecuentes de corrupción. Sin embargo, aún con las advertencias de castigo y las preocupaciones públicas que se expresan en la comunidad internacional, el gobierno de Israel no desacelera.
El único que a estas alturas del descalabro podría parar el desmembramiento de la ya herida Cisjordania sería Donald
Trump, algo bastante improbable. Enardecido por sus problemas internos, con un país azotado por el coronavirus, a la baja en economía y en las encuestas, el presidente estadounidense no tiene en su agenda internacional darle la espalda a su principal socio en Oriente. Por el contrario, y para desgracia del mundo entero, son las ideas de Trump las que han llevado al conflicto a este punto de no retorno. Si el curso de los acontecimientos sigue su camino todo explotará en unas semanas. La anexión de una parte de Cisjordania marcará con rojo el largo calendario de abusos sufridos por Palestina y - aún con los gritos y las quejas y las denuncias del mundo- la posibilidad de un proceso de paz entre las partes se habrá evaporado para siempre
El único que a estas alturas del descalabro podría parar el desmembramiento de la ya herida Cisjordania sería Donald Trump.