SOBRE GURÚS, CHARLATANES Y SEUDOCIENCIA
Entre nosotros es común acudir a gurús, oráculos o expertos mundiales cuando tenemos serios problemas. El 4 de junio pasado, el Grupo Argos invitó al profesor Raj Sisodia, cofundador y líder del movimiento global “Capitalismo Consciente”, a participar en una conferencia. La revista Semana lo entrevistó, y Dinero lo llamó el “gurú del capitalismo”. El problema que preocupa a los empresarios es la actual crisis de la economía capitalista que se ha profundizado con la crisis de la pandemia del covid-19, por los efectos en el empleo y la destrucción de muchas empresas. Lo que llama la atención es que en esta difícil situación los líderes empresariales acudan a un gurú del mundo de los negocios para buscar soluciones a los problemas estructurales de la economía.
En el hinduismo se consideraba al gurú como un maestro espiritual o jefe religioso; en nuestras sociedades, neoliberales y posmodernas, el gurú adopta la pose del inversor glamuroso, culto y sofisticado, que mediante un discurso frívolo y lleno de lugares comunes, ofrece soluciones simples a problemas complejos, para convencer al público sobre su verdad.
La verdad que expuso este opinador internacional se llama “capitalismo consciente”,
que afirma, es un nuevo modelo económico que está revolucionado el concepto del sistema capitalista en el mundo. Es sorprendente su atrevimiento. Desde Max Weber, Jo
seph Schumpeter, hasta Jürgen Habermas, no se oía en la economía ni en la sociología algo así como un nuevo concepto del sistema capitalista. Los neoliberales no se atrevieron a tanto. Pero claro, un inversor astuto puede hacer creer que lo definitivamente nuevo y revolucionario es el “capitalismo consciente”, que según su creador, “es una filosofía integral de hacer negocios en los que las empresas conscientes pueden ayudar para que millones de personas pueden florecer, liderar vidas imbuidas de pasión, amor, creatividad en un mundo de libertad, prosperidad y compasión” (Semana-06.06.2020).
Este tipo de saber es el que ahora promueven Semana y Dinero –la decadencia del periodismo– invitando a cuanto charlatán, vendedor de humo, u opinador, a que aconsejen a nuestros líderes sobre cómo ser mejores personas, más felices, y prosperar en los negocios.
Ahora bien, en este concepto de capitalismo consciente se usan nociones que reflejan la inconsciencia de quien habla del capitalismo. La pandemia nos ha puesto ante los ojos una realidad que no se enfrenta con palmaditas de felicidad. El sistema capitalista ha fallado al generar una crisis socioecológica en nuestro tiempo. Esta y la emergencia sanitaria están estrechamente entrelazadas con la producción capitalista global que destruye los hábitats naturales, consume tierra y vida silvestre y comercia productos básicos en todo el mundo. A esta destrucción ha contribuido Argos con su granito de arena. ¿Cuál debe ser el remedio que no solo trata los síntomas, como lo hace el gurú, sino que erradica las causas profundas del mal? Es necesaria una explicación de la estructura de los grandes negocios del capitalismo y cómo y porqué debe ser transformada si se quiere detener el desastre ecológico y estas epidemias emergentes