El sismo de magnitud 7,5 deja en alerta a México.
Aunque las autoridades descartaron daños materiales, hay temor tras el terremoto. Hasta ayer contaron 4 víctimas mortales.
Sin posibilidad de evacuar. Así vivieron los pacientes con covid-19 el sismo de magnitud 7,5 que se presentó ayer en la mañana al sur de México, pero que también se sintió fuertemente en la capital del país. Por los protocolos dispuestos por las autoridades nacionales, los pacientes con el virus no pudieron salir cuando sonó la alarma.
En abril, el gobierno mexicano instruyó que en caso de sismo la población se replegara a zonas de menor riesgo, pero manteniendo “sana distancia” para reducir la probabilidad de contagios en plena pandemia, que ha dejado hasta el momento 185.122 casos confirmados y 22.584 defunciones en este país de 127 millones de habitantes, según el gobierno mexicano.
Ese protocolo tuvo que aplicarse ayer. “Se espanta uno, porque ve que todo se mueve, y uno aquí sentado. Porque ya ni modo de correr”, explicó a Efe, María Teresa Rosas, paciente con covid-19 aislada junto a tres enfermas.
Pero el drama de no poder salir para protegerse durante los 118 segundos que duró el terremoto lo vivió también el personal de la salud. “Es una sensación horrible. Mientras estás aquí en el tercer piso, la indicación es replegarte a los muros y quedarte ahí. Aunque escuches la alarma sísmica no puedes salir, te tienes que quedar en el piso”, manifestó la doctora Angélica Ruiz, una neuróloga que apoya en la atención de pacientes covid.
Los efectos del sismo
El epicentro se ubicó en la localidad de Crucecita, en el estado de Oaxaca, a una profundidad de 5 km, según el Servicio Sismológico Nacional.
Fue en ese mismo estado donde se registraron las cuatro muertes que, al momento del cierre de esta edición, se habían confirmado. Tres de las víctimas murieron en Crucecita, tras el derrumbe de varias casas. El cuarto caso fue el de un trabajador de la compañía estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que detuvo su labor por seguridad, pero cayó de una estructura de la refinería de Salina Cruz.
Por otro lado, los daños materiales fueron pocos. En el centro histórico de la ciudad de Oaxaca, algunas fachadas de edificios antiguos se vieron afectadas.
“Tuvimos que salirnos porque hay riesgo de que colapse el mercado. Casi no vendíamos por lo de la pandemia y ahora si nos cierran el mercado la pasaremos peor”, dijo a la AFP Juana Martínez, vendedora de flores de 60 años en la ciudad de Oaxaca.
En la capital, la alerta sísmica sonó antes de que el temblor fuera perceptible, por lo que varias personas evacuaron sus edificios, muchos sin usar el tapabocas recomendado ante la pandemia del nuevo coronavirus.
El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó daños en la infraestructura petrolera y energética del país, que obligó a parar una refinería por un conato de incendio.
“Las instalaciones estratégicas no sufrieron ningún daño, esto es, puertos, aeropuertos, las refinerías, las hidroeléctricas, todo está en buen estado”, dijo el mandatario en un video difundido en sus redes sociales.
“Vamos a seguir llamando a que se actúe con precaución por réplicas y que nos cuidemos todos sin angustiarnos”, concluyó el presidente.
Por último, persiste la alarma hecha por el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico de Estados Unidos que señaló que olas de hasta tres metros podrían golpear cualquier lugar a menos de mil kilómetros del epicentro.
Las olas más altas, de uno a tres metros, son esperadas a lo largo de la costa sur de México. Sin embargo, otros países de la región también están en riesgo. Según el centro de alertas de estos fenómenos, olas de hasta un metro podrían golpear la costa de Ecuador, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, Hawái y Perú.
“La ola inicial puede no ser la más grande. El peligro puede persistir por muchas horas o más, después de la ola inicial”, dijo el Centro de Alerta en la noche de ayer