El placer de volver a RODAR
El Team Medellín entrena pensando en la reanudación del calendario. Hacerlo no ha sido fácil.
El encierro, las jornadas en rodillo –que para muchos fueron tediosas y monótonas–, la frustración de pensar en lo que pudo ser y no fue, la angustia de ver la bandeja llena con correos que anunciaban cancelación tras cancelación y la incertidumbre de no saber cuándo ni bajo qué condiciones volverían a correr, fueron algunas sensaciones por las que pasaron los hombres del Team Medellín.
La espera, que para algunos estuvo cargada de ansiedad y para otros de paciencia, terminó hace apenas unas semanas cuando por fin volvieron a rodar.
Por el Oriente antioqueño ya se les vuelve a ver
constantemente a Robigzon Oyola, Cristhian Monto
ya, Walter Vargas, Weimar Roldán, Brayan Sánchez y
José Tito Hernández, quien fuera el último corredor que celebró una victoria en una competencia ciclística antes de la pausa por la pandemia.
Todos coinciden en la felicidad y sensación de libertad que les genera estar en carretera, aunque a más de uno en sus primeras salidas, les dio “la pálida”.
“El primer día que lo hice marqué 90 kilómetros entre la Pradera y Bello y casi me desmayo a 10 km de llegar a la casa, fue pura fatiga que hasta uno se siente contento de sentirla”, cuenta Weimar Roldán.
Otros, como José Tito Hernández, aprecian como nunca volver a batallar contra las inclemencias del clima. Ya no le importa llegar emparamado a casa porque como dice, “eso son los retos que te ponen en la ‘oficina’ del ciclista”.
Mientras retoman el ritmo que traían y con el que empezaron la temporada, revalidando porqué integran el mejor equipo del ranquin UCI América Tour, los corredores de la escuadra paisa hacen una analogía de todo lo que vivieron en estos días de cuarentena con sus más grandes desafíos en carretera, para revalidar que tras una adversidad siempre llegará una gran satisfacción.
“Todo esto que está pasando se asemeja a subir el alto de Letras, que es un ascenso que por más bien que uno esté y por ser una subida tan larga, te genera muchos cambios en la condición física y mental”, expresa José Julián Velás
quez, entrenador del Team Medellín.
“Hay momentos en los que uno va muy bien y hay otros en los que entras en crisis, como en los últimos kilómetros cuando estás a más de 3.500 metros de altura después de subir 80 km en el ascenso más largo del mundo”, agrega Velásquez, quien espera que pronto el ciclismo vuelva a tener un nuevo punto de partida