GABRIELA, UNA COLOMBO-VENEZOLANA QUE LE APUESTA A LA NIÑEZ
Hace doce años Gabriela Arebas creó la Fundación TAAP en Venezuela. Sus siglas traducen Taller de Aprendizaje para las Artes y el Pensamiento. Su logro fue desarrollar una metodología que incluye comunicación para el desarrollo, arte y neurociencia para enseñar a las comunidades a romper patrones de violencia. En la práctica su labor se tradujo en hacerse preguntas acerca de qué manera enseñarles a los padres que el castigo físico no es sinónimo de aprendizaje o cómo sacar a los menores de edad de contextos adversos creando redes de comunicación. La solución a esos interrogantes fue el ámbito artístico con talleres para esta población con los que consiguió sacar a
300 jóvenes de la delincuencia en su país. Pero en Venezuela su trabajo no le gustó a personas cercanas al régimen que gobierna su nación. La amenazaron y tuvo que huir a Colombia en 2014. Gabriela decidió ver ese exilio como una oportunidad de internacionalización para su proyecto de reducción de violencia e instaló un nuevo capítulo en Bogotá, una ciudad a la que llegó cobijada por otros colegas emprendedores como Catalina Cock quienes hicieron de Colombia su nuevo hogar.
Y justo estaba con Cock, hace seis años, en un evento de Ashoka sobre educación transformadora, cuando con otros emprendedores sociales crearon The Weaving Lab con el objetivo de tejer redes de apoyo entre las organizaciones del mundo. Allí, en Irlanda, Gabriela se convirtió en una tejedora. Ya no solo está en TAAP. También es la directora ejecutiva de la Fundación Aid Live desde la que
gestiona recursos para la población migrante. Gabriela, como tejedora de redes sociales, hace parte de una comunidad con 300 líderes de alto impacto de todo el mundo, desde Latinoamérica hasta Rusia o Marruecos, en la que encontró a más personas que persiguen el cambio.
Hay una pregunta que ronda por su cabeza en estos días: ¿Y qué pasará cuando los niños vuelvan a la escuela después del covid? De ahí nace su nueva meta: no pueden regresar a clase así no más, necesitan un espacio para sanar.