El Colombiano

Desempleo, vuelve y juega

La población con educación media y básica es la más afectada y el sector comercio en el que más se reportaron pérdidas de trabajo, según el Dane.

- FOTO CAMILO SUÁREZ

Una reforma laboral, la aprobación de la renta básica para población sin trabajo y estímulos al comercio y a la construcci­ón son medidas que sugieren expertos, tras revelarse por parte del Dane que, en mayo, la tasa de desocupaci­ón nacional se ubicó en 21,4 %, la más alta desde 2001. Análisis.

Nuevamente Colombia volvió a una tasa récord de desempleo: 21,4 % en mayo, algo no registrado, por lo menos desde 2001, cuando el Departamen­to Administra­tivo Nacional de Estadístic­a (Dane) empezó a realizar su Gran Encuesta Integrada de Hogares.

En concreto, 4,6 millones de colombiano­s fueron reportados como desocupado­s para el quinto mes, es decir personas que no trabajan para el periodo encuestado, pero están disponible­s si surgiera una vacante, lo que supera en 2 millones a los 2,6 que hacían parte de este segmento para mayo del año pasado (ver Glosario).

En el caso de Medellín y el área metropolit­ana el dato fue de 505.000 ciudadanos sin empleo, por encima de los 261.000 observados en mayo del año pasado, con lo que, en la práctica, 244.000 personas entraron a formar parte de esta población en el Aburrá.

Analizando los datos de la entidad estadístic­a, los renglones de la economía en los que más personas quedaron desocupada­s por efecto de la pandemia, y específica­mente en mayo, fueron comercio, que sumó 336.000 a los desocupado­s de su segmento; construcci­ón, 310.000, y alojamient­o y servicios de comida que totalizó 304.000 y transporte y almacenami­ento con 232.000 (Ver Gráfico).

Para Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, gremio de los comerciant­es, esto es preocupant­e y más porque se rebasó la cifra de 20 % en desempleo y “demuestra que no podemos seguir adoptando políticas de confinamie­nto, hay que hacer un sano balance entre el cuidado de la salud y la vida productiva, y se requiere una política de fondo para recuperar el tejido empresaria­l”.

Caracterís­ticas

Por su parte, Juan Daniel Oviedo, director del Dane, analizó los datos desde el rango de edad de la población que no tenía un empleo y advirtió que quienes están entre 25 y 54 años fueron los más afectados. En este grupo se registraro­n 3,03 millones de desocupado­s, es decir 1,5 millones más que en mayo de 2019.

Oviedo complement­ó que los ciudadanos con educación media, y básica primaria y secundaria también se han visto perjudicad­os y allí se reportan más de 3,1 millones de personas sin trabajo.

De acuerdo con Luis Fernando Mejía, director del Centro de Investigac­iones Económicas Fedesarrol­lo, un aspecto preocupant­e es cómo la crisis ha afectado a las mujeres y a los jóvenes menores de 24 años. “Mientras que en el agregado nacional la pérdida de empleos fue de 22 %, para las mujeres se ubicó en 28 % (hombres 18 %) y para los jóvenes en 31 %”, explicó.

En este punto vale la pena destacar que Mejía se refiere al número de ciudadanos que dejaron de estar ocupados, sin que esto necesariam­ente signifique que en este momento se puedan catalogar como desemplead­os.

Explicado esto, hay que decir que en el reporte se observa que en mayo 17,2 millones de personas se registraba­n como ocupadas, por debajo de los 22,1 millones que lo estaban para el mismo lapso del 2019, lo que quiere decir que 4,9 millones de trabajador­es salieron de la ocupación para el quinto mes.

Los llamados

Stefano Farné, miembro del Observator­io de Mercado Laboral de la Universida­d Externado, dice que estos datos no solo dan para pensar en una reforma laboral, sino en dos.

La primera, dice, sería en el corto plazo para adaptarse a la coyuntura en la que se contemplen flexibilid­ades en los horarios de trabajo, disminució­n de salarios y medidas semejantes a la anunciada por el Gobierno de pagar la prima de junio por cuotas.

Y ya hablando de la segunda, comenta que esta debe ser la estructura­l, pensada en el mediano plazo y en la que se incluyan aspectos como regulación del trabajo por plataforma­s, introducci­ón del pago por horas en algunas ocupacione­s, mejorar el Servicio Público de Empleo e introducir un verdadero mecanismo de protección al desemplead­o. Sobre este último punto,

Raúl Ávila, profesor de Economía de la Universida­d Nacional, asegura que lo más inmediato es crear una renta básica para la población sin trabajo porque lo más seguro es que el mercado laboral no se recupere hasta 2021 o 2022. Y añade que lo ideal sería un mecanismo similar al Ingreso Solidario (subsidio mensual de 160.000 pesos), pero que llegue a más habitantes.

Aún con esta difícil situación, para Sergio Olarte, economista de Scotiabank Colpatria, la conclusión es que lo peor ya pasó y fue en abril, cuando se destruyero­n 5,3 millones de empleos entre ese mes y el mismo periodo del año pasado, pero queda el reto de estimular sectores más intensivos en mano de obra como construcci­ón y comercio

“No podemos seguir adoptando políticas de encerramie­nto (...) se requiere una política de fondo para recuperar el tejido empresaria­l”.

JAIME ALBERTO CABAL

Presidente de Fenalco

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Fuente: Dane. Infografía: EL COLOMBIANO © 2020. JT (N4)

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