La UPB retornó a “clases presenciales” en Laureles
Estudiantes de algunas asignaturas asisten esta semana a talleres y laboratorios. Explicamos cómo funcionan encuentros.
El pasado martes y por primera vez en 106 días, Camilo Herrera volvió a pisar los laboratorios de técnicas gráficas de la Universidad Pontificia Bolivariana. Él hace parte de un grupo de 740 estudiantes ( de los 12.000 que tiene la institución) que por estos días reciben clases presenciales.
Y no es que se haya levantado la cuarentena. Álvaro Gómez, vicerrector Académico de la universidad, explicó que estos son estudiantes de ciertas asignaturas en las carreras de Ingenierías, Medicina, Enfermería, Arquitectura y Comunicación Social, que tienen talleres y laboratorios específicos que requieren horas de práctica.
“Implementamos protocolos de bioseguridad para que esas clases no se pierdan. Los estudiantes deben diligenciar dos encuestas sobre su salud. Quien tenga fiebre, tos o síntomas similares no podrá ir. Es como un consentimiento informado”, dijo y agregó que los estudiantes se dividieron en dos y hasta tres subgrupos para garantizar el distanciamiento.
Paso a paso
Camilo asistió el martes al taller de técnicas gráficas, una de las materias que hace parte del tercer semestre de Diseño Gráfico. “Esos conocimientos son difíciles de ad
quirir de manera virtual. La clase estaba pausada pero hace unos días nos dijeron que podíamos volver. Fue muy emocionante ver la universidad, volver a hablar con los compañeros”, dijo.
Este joven de 19 años llegó a estudiar en moto. Además de las encuestas, tuvo que lavarse las manos y desinfectar sus zapatos. Le tomaron la temperatura, le hicieron un escaneo corporal y todo se repitió al salir.
Alexis García,
docente en la facultad de Ingeniería, volvió esta semana al campus para dictar el taller de procesos de manufactura. Durante la cuarentena, en su clase se redujo el componente teórico y durante toda esta semana, en jornadas maratónicas de 10 horas, dictará el componente práctico.
“Las clases cuentan con requerimientos especiales: tenemos menos estudiantes y hay muchas exigencias en cuanto a elementos de protección como overoles, guantes, caretas y botas. De 21 estudiantes que tenía en la clase, 10 vinieron al componente práctico y los dividimos en dos equipos de cinco personas cada una. Somos dos profesores que nos alternamos con ellos en dos laboratorios”, relató.
Los demás alumnos prefirieron no asistir por temor, o no pudieron hacerlo porque están por fuera de la ciudad: “Hay algunos en Guajira, Putumayo, y en municipios lejanos. Para ellos se va a volver a abrir el componente práctico a final de año”.
Ambos, Camilo y el profesor García, señalaron que ver el campus vacío les produjo tristeza, pero que la posibilidad de poner en práctica los conocimientos y asistir a los laboratorios les renovó las energías.
El vicerrector agregó que las directivas están estudiando si es posible prolongar este sistema de bimodalidad para el próximo semestre