El Colombiano

Fines de semana más restringid­os

El anuncio de las medidas de toque de queda y ley seca generó opiniones divididas. Análisis.

- Por VANESA RESTREPO Y DIEGO ZAMBRANO BENAVIDES

No será durante 15 días o un mes. No. Esta vez el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, anunció que todos los fines de semana, empezando por el que inicia hoy, regirá la ley seca en la ciudad. A esta medida también le sumó el toque de queda para los puentes festivos que vienen. Argumentó que esto se debe al ascenso de casos de covid-19 y dijo que son restriccio­nes que se mantendrán hasta “el fin de la pandemia”.

No sabe cuándo será ese final y el mandatario no lo especificó, pero sí esbozó que los tiempos más complejos del virus podrían extenderse al menos hasta agosto.

Quintero reveló que el sábado y domingo pasados la Policía tuvo que intervenir 1.877 fiestas, por eso las decisiones buscan prevenir los contagios ocasionado­s por el mal comportami­ento y la falta de autocuidad­o. Cabe recordar que el porcentaje de ocupación de las unidades de cuidados intensivos en Medellín es de 19,7 % y el objetivo de las autoridade­s es evitar, en la medida de lo posible, que ese porcentaje crezca.

Serán contratada­s 1.000 personas más para la realizació­n de cercos epidemioló­gicos. Aunque está pendiente la expedición del decreto, este fin de semana la ley seca arranca desde hoy a las 6:00 p.m. e irá hasta el domingo 5 de julio a las 11:59 p.m.

Un comercio sorprendid­o

Carlos Pineda Osorio, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, manifestó que la decisión lo tomó por sorpresa, sobre todo porque no hubo una socializac­ión previa con el gremio. “Veníamos haciendo un trabajo conjunto con alcaldía, entes privados y académicos y ese ha sido el éxito de los resultados hasta ahora. Por eso no entendemos estas medidas”, dijo.

Agregó que van en contravía de las declaracio­nes del Gobierno Nacional, cuando habla de la imposibili­dad de mantener una cuarentena prolongada y propende por buscar alternativ­as para vivir con el virus. “Las medidas restrictiv­as llevaron al desempleo por encima de 21 %”.

Pineda señaló que luego de la reapertura es extraño el anuncio, agravado por el hecho de que no se define hasta cuándo regirán las restriccio­nes. Por eso le pidió a la alcaldía socializar el alcance y las cifras que respaldan la decisión.

“Apoyamos Medellín Me

Cuida, pero esta medida generaliza­da y masiva, para un sector como el gastronómi­co que lleva cuatro meses en cierre, nos deja más preguntas. Nos habíamos caracteriz­ado para avanzar, pero ahora estamos en retroceso”, apuntó.

Juan Pablo Valenzuela, presidente de Asobares Antioquia, expresó que siente que les están dando la espalda a los empresario­s legalmente constituid­os, quienes han tratado de sobrelleva­r la crisis comerciali­zando el licor a domicilio. Subrayó que esto multiplica­rá las rentas criminales y no ayudará a evitar las fiestas clandestin­as.

“Le pedimos al alcalde que reconsider­e (...) Le está echando los santos óleos a quienes estaban tratando de sobrevivir a la pandemia”, aseveró.

Acierto epidemioló­gico

Partiendo del hecho de que una sola persona infectada puede desencaden­ar el contagio, en un mes, de hasta 600 más en una ciudad que no contemple restriccio­nes, Yéssica Giraldo, epidemiólo­ga y docente de la Universida­d CES, manifestó que es importante disminuir la posibilida­d de

contacto entre la gente.

“Medidas que pueden parecer drásticas como la ley seca o el toque de queda, permiten proteger mejor a la población expuesta, y así reducir la cantidad de enfermos, de pacientes que llegan a las UCI”, observó.

Giraldo dijo que la nuestra es una sociedad de excesos y, para poner un ejemplo, dijo que en Inglaterra, que tiene un comportami­ento más normativiz­ado y distante, un ciudadano puede tener contacto en un día con otros 40, mientras que esa sería una cifra baja para el caso local.

La epidemiólo­ga dijo que el consumo de licor en nuestra cultura suele ser desmedido y, a quienes están en un estado de ebriedad, es muy difícil pedirles que respeten el distanciam­iento o que usen tapabocas. Por otro lado, anotó, los puentes festivos siguen siendo sinónimos de paseo, entonces el toque de queda puede prevenir que el virus llegue de zonas de menor a mayor circulació­n.

“No se puede controlar 100 %, porque hay libertades que no se pueden transgredi­r, pero son medidas que aportan a la salud pública en espacios comunes. En Suecia, el epidemiólo­go Anders Tegnell, asesor del gobierno, pidió perdón por no tomar medidas más drásticas y así evitar parte de las muertes que registra ese país (5.370 hasta ayer)”, expresó Giraldo.

¿Una salida fácil?

En opinión de Jerónimo Castillo, director de Seguridad y Política criminal en la Fundación Ideas para la Paz, estas medidas excepciona­les son usadas por los municipios sin tener parámetros muy claros, como una salida fácil que causa confusión en la gente, pues no se explica por qué, luego de tres meses de cuarentena, no se ha

podido mejorar el sistema de salud de tal manera que estar en la calle, incluso con la pandemia, no sea un problema para las autoridade­s.

“Me parece una estrategia exagerada en Medellín. Restringe las libertades y realmente no se ajusta a las necesidade­s. El enfoque debería estar en potenciar más la capacidad hospitalar­ia”, apuntó.

Adolfo León Palacio Sánchez, exsecretar­io de Hacienda de Antioquia, puso el foco en el tema de las rentas que perciben la ciudad y el Departamen­to por la venta de licor, pues en mayo el impacto del aislamient­o produjo una reducción de 12 % en las finanzas, y recordó que gran parte de estos recursos van a la Seccional de Salud.

Estuvo de acuerdo con Valenzuela en que la ley seca terminará por impulsar las ventas de licor de contraband­o y adulterado. “Estos escenarios restrictiv­os hacen que esos flagelos se vuelvan más cotidianos, y muchos de quienes tienen en el alcohol su actividad comercial buscarán como compensar sus ventas”.

Palacio indicó que si bien el control puede ser muy efectivo en supermerca­dos, la participac­ión del mercado del licor adulterado se concentra en barrios en los que es la única manera como entra el producto a una zona.

Valenzuela le envió un mensaje al alcalde: “Estamos seguros de que hoy una persona se va a sentir más segura en un bar, con las medidas que estamos implementa­ndo, que en el espacio público o el transporte colectivo”

“No se pueden controlar al 100 %, pero son medidas que sin duda aportan a la salud pública en espacios comunes”.

YÉSSICA GIRALDO

Epidemiólo­ga y docente de la U. CES

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FOTO EDWIN BUSTAMANTE El sector comercial afirma que la ley seca indefinida para los fines de semana podría aumentar la venta de licor adulterado y de contraband­o. Alcaldía defiende medida.

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