Fuego en el Amazonas no se detiene
Científicos brasileños detectaron el mayor número de conflagraciones registrado desde 2007.
2.248 incendios en la selva durante junio reportó un ente adscrito al Ministerio de Ciencia, la cifra más alta desde 2007. Panorama.
El fuego sigue consumiendo la selva sin parar. Desde mediados de 2019, varias ONG como el Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (Ipamn), Greenpeace y WWF vienen alertando sobre una serie de quemas provocadas que están afectando considerablemente la selva amazónica, patrimonio natural del planeta. Denuncias que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha calificado en declaraciones a periodistas como un plan para dañar su gobierno. Pero esta semana fue un organismo del mismo Estado brasileño el que advirtió la gravedad de la situación.
En un informe publicado este viernes, el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (Inpe), adscrito al Ministerio de Ciencia, afirmó que durante junio fueron detectados 2.248 incendios en la Amazonia, el número más grande de focos activos que se han detectado en ese mes desde 2007 y que representa un incremento del 20 % con respecto al mismo período del año anterior.
Junio marca el inicio de la temporada seca en la zona tropical, por lo que estas cifras, considera el Inpe, podrían significar una oleada adicional de conflagraciones. Sin embargo, hay una buena noticia: las suma de los incendios ocurridos entre enero y junio de este año muestra una tendencia a la disminución. El informe del Inpe señala que ocurrieron en la porción brasileña de la selva unos 7.903 incendios, es decir, 2.703 menos que el año pasado, lo que implica una reducción de al menos el 25 %.
Las causas
Desde que llegó al Palacio de Planalto, el presidente Jair Bolsonaro dejó clara su postura: anunció su voluntad de retirar a Brasil del Acuerdo de París, redujo en 2019 un 24 % del presupuesto de la Agencia para el Ambiente y sobre la selva amazónica declaró en pronunciamiento público en julio de 2019 que “Brasil es como una virgen cotizada que todos los pervertidos extranjeros desean”.
Paralelamente, ha dicho que los ambientalistas buscan derrocarlo. No obstante, un informe de Greenpeace que reseña las decisiones más controversiales del mandatario, indica que desde abril de 2019, Bolsonaro viene desautorizando la lucha contra la tala ilegal y que el desajuste presupuestal en te
mas de ambiente, no permite monitorear con suficiente rigor los delitos ambientales como los incendios forestales provocados: “Según lo dispuesto por la ley, los equipos involucrados en actividades ilegales y confiscados en medio del bosque pueden destruirse para que quienes cometieron los delitos no los recuperen. Bolsona
ro públicamente afirmó que esos equipos ya no deberían ser destruidos”.
Justamente este viernes, el centro de estudios Trase, filial del Instituto de Ambiente de Estocolmo, publicó un reporte que demuestra que apenas cinco empresas en todo el mundo dominan el 70 % del comercio de productos de agricultura expansiva, a los que se atribuye la deforestación no solo en Brasil, sino en países como Paraguay, Argentina e Indonesia.
El informe analiza los datos de sostenibilidad de las cadenas de suministro agrícolas y el impacto que tienen en la deforestación, y señala quelas empresas ADM, Bunge, Cargill,
Louis Dreyfus y Cofco, lideran dicho mercado en Brasil.
Además, advierte que “las compañías con compromisos adquiridos no están actuando mejor en la reducción de la deforestación por materias primas que las que no los tienen”.
Las mencionadas empresas, de momento, no se refirieron al informe.
A todo esto, Daniel Nepstad, científico fundador del instituto Earth Innovation, añadió que “si las tendencias actuales continúan, los incendios forestales durante periodos de sequía extrema combinados con la deforestación desplazarán grandes áreas de selvas con vegetación de matorrales que son más proclives al incendio y con pastos para la ganadería”.
A juicio del experto, es preocupante porque “la selva en sí misma genera mucha de la lluvia que cae en el Amazonas, por lo que la pérdida continua de selva causará sequías más frecuentes y severas”