Menos facturación
millones por suspender la venta de licor durante un mes.
El
La coyuntura y el hecho de que el consumo en los hogares se esté incrementando, convirtiéndose en un canal atractivo de ventas, obligó a muchos actores a fortalecer estrategias electrónicas.
Juan Pablo Castaño, director de Vinos y On Trade de Dislicores, asegura que ante un panorama en el que los canales Horeca están cerrados, y con esto reciben un 40 % menos de facturación, “nos obligó a reinventar todo el e-commerce y los domicilios, algo que no veíamos en el corto plazo, pero todo nos indica que es el canal del futuro”.
Esto ha significado un aumento en la facturación de sus tiendas físicas, “casi al doble”, y renovar sus promesas de venta. Antes, comenta Castaño, las entregas se hacían de un día para el otro, hoy en cuestión de horas.
Además, plantea que si el cierre de los Horeca –cuyas ventas cayeron a 5 % del total de ingresos en un mes normal– se ha compensado con las ventas en grandes superficies; ahora, en valor (pesos) son mayores, así en volumen no lo sean.
Castaño calcula que las ventas a licoreras y mayoristas se han incrementado un 50 %, y en supermercados
independientes un 30 %, siempre hablando de ventas en pesos.
Para Jonathan Ávila, director ejecutivo de Prolicores, esta situación ha servido para que muchas marcas y productos se adapten a un mercado distinto: hay que aprovechar el auge de las plataformas.
Ávila asegura que el consumo nacional a través del ecommerce viene creciendo a un ritmo de 12 % semanal durante la cuarentena, cuando antes solo 8 % manifestaba hacer transacciones digitales.
El dirigente también plantea cambios culturales respecto al consumo de alcohol.
“Mientras algunas bebidas son de consumo moderado, las personas no se toman una botella, sino que disfrutan uno o dos tragos, otras se pueden consumir durante las comidas, eso hace que la gente piense más en sus preferen
cias”, comenta Ávila.
Con él coincide Luz María González de Bedout, presidenta de Asovinos, uno de los sectores más beneficiados con el consumo en casa.
“Las personas han trasladado su lugar de consumo de los Horeca a los hogares. Esto prevé un cambio cultural gastronómico”, en cuanto a que en países como el nuestro, el vino no es tan común en los comedores. “La gente está aprendiendo a cocinar en casa, a compartir con amigos y familia, a consumir más barato y con mejor calidad”, añade González (ver ¿Qué sigue?)