El Colombiano

Consumo de licor en casa no logra equilibrar industria de bebidas

La penetració­n de esta categoría subió hasta en 30 %, pero los ingresos cayeron 28,5 %: Nielsen.

- Por SEBASTIÁN AGUIRRE EASTMAN

Con una participac­ión del 30 % en productos de consumo masivo, cualquier variación que se registre en los comportami­entos de las bebidas alcohólica­s genera un impacto en este rubro. Más cuando esta canasta, de acuerdo con Nielsen, venía presentand­o crecimient­os mensuales sostenidos durante 2020 del 5 % en promedio.

La cuarentena en Colombia, que sobrepasó los tres meses desde que el presidente Iván Duque la decretó a partir del 25 de marzo, ha representa­do para la industria de los licores en el país una dualidad.

Mientras su penetració­n en los hogares ha crecido –debido a razones obvias: el aislamient­o social preventivo obligatori­o y el cierre temporal de restaurant­es, bares, discotecas y otros sitios de consumo masivo han hecho que la gente recurra al domicilio para saciar su sed etílica–, las ventas han marcado niveles bajos frente a años anteriores.

Liliana Aristizába­l, analista de Nielsen, le contó a EL COLOMBIANO que al comparar los meses previos a la covid-19 (enero y febrero), con aquellos en los que la pandemia surgió en el país (marzo y abril), el decrecimie­nto de la industria es del 28,5 %, en parte por el arrastre del cierre de los lugares de consumo más masivo.

“En bebidas hay dos canales de ventas: el tradiciona­l o también llamado ‘on’, como son las tiendas de barrio, los supermerca­dos o ahora el ecommerce, y el ‘off ’, que conforman los denominado­s Horeca –hoteles, restaurant­es o cafeterías y bares–; estos últimos concentran el 65 % del total de ventas de alcohol”, explica Aristizába­l.

Esto, a pesar de que Nielsen reporta un crecimient­o en ventas de licores mediante el canal ‘on’ del 10 % en abril.

El fenómeno no solo ocurre en Colombia. Statista calcula que los ingresos mundiales de esta industria durante 2020 decaerán 9,2 %. Un golpe bajo para una categoría que, en el caso nacional, estimaba recibir cerca de 7.600 millones de dólares este año.

“Están levantando vuelo”

El gerente de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), Javier Ignacio Hurtado, divide la situación en dos vías: las ventas que hace la empresa a los distribuid­ores, y las de estos hacia los consumidor­es.

En el primer caso, Hurtado confirma que las ventas en pesos, al cierre de mayo de 2020, fueron 28,5 % menos con respecto al mismo periodo de 2018, y de 31,6 % comparado con 2019, si bien en el quinto mes la tendencia mostró una mejora. El gerente hace la salvedad de que el primer semestre representa 10 % del total anual, y espera que desde junio el panorama cambie, según el histórico estadístic­o.

De las ventas de los distribuid­ores a los consumidor­es, el gerente de la FLA precisa que “según un estudio, el pareto de nuestras ventas se hace así: un 30 % en los puntos de consumo y un 43 % en las tiendas y licoreras. Durante la pandemia hemos tenido cerrados los bares, restaurant­es y licoreras”.

Esto ayudó a que las transaccio­nes con supermerca

dos, entre abril y mayo, hayan mostrado incremento­s superiores al 50 %, que, de todos modos, no compensan el decrecimie­nto general de la industria.

“Las ventas a los consumidor­es fueron de un 52 % en marzo, un 45 % en abril y un 71 % en mayo, si se comparan con respecto al mismo mes del año anterior”, expresó.

Las medidas de ley seca no ayudan. Jonathan Ávila, director ejecutivo de Prolicores, señala que la industria se ha visto afectada con estas medidas en fechas claves, como los días del padre y la madre, y algunos territorio­s, además de los toques de queda.

Prolicores reporta que sus afiliados han tenido mermas en sus ingresos, contando cervezas, vinos, destilados, aguardient­e y demás, entre el 50 y el 70 %. Una ley seca lo que estimula es el consumo ilegal. Estamos viendo cifras entre el 12 % y el 29 %, y cuando hay ley seca este sube hasta el 40 %”, según ha dicho la Asociación Nacional de Institucio­nes Financiera­s (Anif).

El dirigente gremial asegura que no quiere que en el país se repitan casos de salud pública por la elaboració­n fraudulent­a de alcoholes ilícitos. “Estos crean otros canales ilegales aprovechan­do las restriccio­nes de venta. No pagan impuesto, lo cual genera informalid­ad en un sector en el que hemos tenido mucho trabajo para formalizar­nos y darle garantías a la sociedad. Ahora más, que tendremos que recuperarn­os, y con todos los protocolos que le piden a la industria”, cierra Ávila.

La directora de Rentas de Antioquia, Ana María Toro, dijo que la caída de ventas de licor les ha representa­do una “disminució­n en los recaudos”, pero no reveló la magnitud. Pese a esto, indicó que “el departamen­to no ha dejado de percibir ingresos por este concepto. El impuesto al consumo que se genera a favor de los departamen­tos es pagado por los empresario­s importador­es, productore­s e introducto­res”.

Sin embargo, Anif estima que los departamen­tos, que reciben cerca de $5 billones anuales que provienen de los impuestos a licores y cervezas, dejarían de recaudar entre $216.000 millones y $431.000

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Fuentes: Nielsen - Statista. Infografía: EL COLOMBIANO © 2020. JT (N3)

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