Maltrato y abuso contra niños se camuflan en cuarentena
Pese a que denuncias disminuyeron 24 % en el país, autoridades alertan por subregistro. Policía reportó 956 casos de delitos sexuales en Medellín.
La alerta conjunta ayer del Icbf y la Procuraduría General para la implementación urgente de acciones de prevención de violencia y abuso contra la niñez durante la cuarentena, tocó la puerta de las autoridades locales.
La Policía Metropolitana registró 956 casos de delitos sexuales y 499 de violencia intrafamiliar contra menores de 17 años, mientras que la Fiscalía reportó 272 de delitos sexuales y 131 de violencia intrafamiliar, ambos entre el 1 de enero y el 31 de mayo.
Según explicó la gerente de Infancia, Adolescencia y Juventud de Antioquia, Adriana Suárez Vásquez, la diferencia en las cifras de Policía y Fiscalía se debe a que no en todos se presenta denuncia y se adelantan procesos judiciales. “El llamado es a que todos los casos de abuso inicien un proceso y se denuncien. Cuando hay un primer caso de agresión, hay una alta probabilidad de repetición”, dijo.
Según la gerencia, las cifras presentadas no reflejan la totalidad de la problemática porque “son diferentes las entidades que responden ante las situaciones de violencias sexuales y cada uno representa y reporta en diferentes momentos de la vulneración a los menores de edad. No hay cifras unificadas en cuanto a este delito”.
¿Disminución efectiva?
Entre el 12 de marzo y el 1 de julio de 2020, el Icbf recibió en el país 51.999 solicitudes y reportes de posibles vulneraciones que, comparada con la cifra de 2019, representa una reducción de 24 %.
Sin embargo, añadió la entidad, uno de los factores de esa reducción se debe a que la institucionalidad (colegios, jardines infantiles y hogares) está cerrada hoy y en estos lugares es donde se identifican
situaciones de riesgo y vulneración para la niñez.
Mabel Patiño Jaramillo, subdirectora de protección de la Fundación de Atención a la Niñez (FAN), consideró que hay subregistros en las denuncias. “Los niños y jóvenes están conviviendo bajo el mismo techo con el presunto agresor y no se atreven a decir nada, porque están bajo presión”, señaló.
A eso, indicó, Patiño, se le suma la pandemia, que no solo encierra a los niños y jóvenes con los presuntos abusadores, sino que disminuye las denuncias porque “los niños no hablan y los familiares no se van a desplazar hasta los centros de atención a buscar ayuda por miedo a un contagio o a amenazas”.
En un informe de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, de delitos sexuales recibidos en Caivas de la Fiscalía, se evidencia esta disminución. Hasta el pasado 31 de mayo se registraron 907 víctimas de presuntos delitos sexuales, mientras que en el mismo periodo de 2019 fueron 1.414. De estos, 725 corresponden a niños y jóvenes entre los 0 y los 17 años en 2020, mientras en 2019 fueron 1.172. “Pasamos de 10 o 12 reportes por día a solo uno o dos”, explicó Patiño.
Catalina Vertel, psicóloga y gerente de Creciendo con Cariño IPS, explicó que el subregistro se debe, en ocasiones, a que “el mayor número de denuncias se hace a través de las entidades protectoras como la escuela, clubes juveniles, hospitales y ahora, por cuarentena, eso no ocurre”.
Los docentes, explicó Vertel, se dan cuenta con frecuencia de los cambios en los comportamientos de esta población: faltas de asistencia, moretones, comportamientos inadecuados, entre otros.
La secretaria de Educación de Antioquia, Alexandra Peláez, explicó que “los maestros son los primeros que detectan esas situaciones, entonces nos hacen alertas tempranas. Al no estar el maestro en el aula con sus niños, el proceso efectivamente es más dispendioso”.
Aldemar Atehortúa, coordinador del colegio Mariscal Robledo, indicó que los docentes tienen un reto mayor para detectar abusos pero que pueden valerse de las videollamadas para detectar estos comportamientos