¿RESCATAMOS AVIANCA?
No estaría de más endurecer algunas posiciones, bien con la entrada estatal en la aerolínea o con el traslado de la sede a Colombia...
La segunda aerolínea más longeva del mundo tras la holandesa KLM nació en Colombia. Sin embargo, tras un siglo de historia, Avianca puede ver su futuro comprometido como consecuencia de la crisis generada por el covid-19. Ante esa tesitura, el Gobierno de Duque se apresta a reflotar el “holding” aéreo con un préstamo de unos 310 millones de euros (370 millones de dólares) que se encuentra judicialmente paralizado.
Comprendo que muchos de ustedes alberguen dudas sobre la necesidad de gastarse una millonada de los dineros suyos en rescatar a una empresa privada como Avianca. Acogiéndonos a la máxima que dicta que “a Dios, lo que es de Dios y al César, lo que es del César”, parece un dispendio y una sinrazón que, a costa del contribuyente, nos dediquemos a salvar los muebles de aquellos que solo buscan su propio beneficio y el de sus inversores. No hay más que ver los informes de gestión de la aerolínea para darse cuenta de la millonada que se lleva su cúpula, al menos hasta la pandemia. Una directiva que representa los intereses de la estadounidense United Airlines y en la que figura como principal ariete un salvadoreño, Roberto Kriete. El fundador de TACA maneja “de facto” la aerolínea pese a su posición minoritaria gracias al apoyo de United, que no puede tomar el control de Avianca. Para más inri, su brazo ejecutor es un holandés, Anko van der Werff, fichado justo antes de que estallara la crisis como consejero delegado.
La nacionalidad colombiana de la compañía es más que dudosa, ya que la sede del “holding” está en Panamá y el grueso de sus impuestos queda desperdigado entre los varios centros de operaciones de la mastodóntica empresa, desde El Salvador hasta Estados Unidos. Es cierto que se pagan impuestos en Colombia y muchos, no solo las tasas aéreas y las correspondientes a los boletos, pero se debe calibrar con criterio para qué ofrece el Estado ese crédito.
Lo digo porque en España tenemos recientes casos de rescates con dinero público. Aunque durante la crisis financiera España se libró del rescate europeo que afrontaron Grecia y Portugal, sí se realizó un rescate bancario de 42.500 millones de euros que hay que devolver, al que se suma la deuda total que ya arrastramos, equivalente a casi el 100 % del PIB. Pues bien, de esos 42.500 millones inyectados, el Banco de España estima que solo se recuperarán unos 15.000 millones. Es decir, los españoles habremos regalado 27.500 millones a un sector que siempre gana y que ya ni siquiera es intensivo en mano de obra.
La cúpula de Avianca recuerda que la quiebra efectiva de la compañía pondría en riesgo 123.000 empleos al año, así como el 3,2 % del PIB y la recaudación de unos 1.095 millones de euros (1.300 millones de dólares) en impuestos. A esto se suma el efecto tractor de Avianca en el turismo colombiano y su arraigo en el país. Además, es muy probable que la actividad aérea y turística se retome en un año si se cumplen las previsiones más optimistas, que apuntan a un control seguro del covid-19 para mediados de 2021. Con todo, no tendría sentido dejar caer a Avianca, como están haciendo otros países con sus aerolíneas de bandera.
Aun así, no estaría de más endurecer algunas posiciones, bien con la entrada estatal en la aerolínea o con el traslado de la sede a Colombia, ya que es más que probable que no se devuelva todo el crédito. Porque regalar dinero ajeno es un delito