En la pista de secuestros exprés
Tenga cuidado si lo llaman unos desconocidos para ofrecerle trabajo.
Dos casos denunciados este mes en el Aburrá, que tienen como señuelo ofertas de trabajo, prendieron la alerta sobre esta modalidad empleada por los delincuentes. Estas son las recomendaciones.
La invitación a una reunión de trabajo, en la cual le presentarían una propuesta para contratarlo como defensor en un proceso judicial, terminó siendo el anzuelo con el que una organización criminal atrajo a un abogado de Medellín a las redes del secuestro exprés.
Sucedió el pasado 12 de febrero en Belén, suroccidente de la ciudad, adonde llegó el profesional de 39 años. Por teléfono le habían dicho que requerían sus servicios para representar a un cliente en un caso de estafa, pero en vez de eso lo intimidaron con armas y lo subieron a un vehículo.
Lo llevaron hasta una vivienda en la vereda Aguasfrías, del corregimiento Altavista, donde lo amarraron, amordazaron y encerraron en el baño. A la madrugada del día siguiente llamaron a su novia para pedir $100 millones por la liberación.
Los familiares informaron de lo ocurrido al Gaula de la Policía, que antes de que pasaran 24 horas logró ubicar el sitio y allanarlo. En el procedimiento rescataron al abogado, capturaron a cinco secuestradores e incautaron una subametralladora mini Uzi, tres pistolas calibre 9 m.m., dos granadas de fragmentación, un silenciador, un chaleco blindado y municiones.
El general Pablo Ruiz, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, señaló que los delincuentes resultaron ser integrantes de una banda conocida como “los Paracos de Aguasfrías”, dedicada al cobro de extorsiones, tráfico de drogas, sicariato, secuestros extorsivos, venta ilegal de lotes, desplazamientos forzados y desapariciones, entre otros delitos.
Uno de los detenidos fue Juan Diego Ibarra Buitrago, alias “Cucho”, presunto cabecilla del grupo y exparamilitar desmovilizado del bloque Héroes de Granada de las Auc, quien tenía una orden de captura vigente por concierto para delinquir agravado.
Este fue el primer caso de secuestro exprés denunciado en el Valle de Aburrá en lo corrido de 2021. Se trata de una modalidad en la cual los criminales ejecutan una retención de corto plazo, buscando un desembolso rápido de dinero por parte de las víctimas.
20 capturados por participar en secuestros exprés en el Aburrá, de 2020 hasta hoy.
El segundo hecho se registró una semana después, en una discoteca de Laureles, ubicada en la zona rosa de la avenida 33. En la madrugada del 21 de febrero, un joven de 22 años departía con varios amigos en el recinto.
Mientras bailaba, sintió que lo halaban del brazo, y desconocidos lo arrastraron hasta una oficina contigua, dentro del establecimiento.
Lo acusaron, falsamente, de estar vendiendo drogas “sin autorización”, por lo que tenía que pagar una multa. Horas después llamaron por celular a su hermano, exigiéndole $10 millones por el rescate del ser querido.
El general Ruiz detalló que el Gaula recibió la denuncia y comenzó a asesorar a los allegados del muchacho. Se pactó la entrega del dinero en un centro comercial, y cuando cuatro sospechosos llegaron a reclamarlo, fueron capturados en el acto por los policías.
Luego registraron la discoteca, apresando a otros dos hombres, entre ellos el dueño del negocio, Jairo Villegas Amariles, de 51 años, quien tiene entre sus antecedentes una extradición a EE.UU. (2005), donde fue condenado por narcotráfico.
Los demás involucrados son presuntos integrantes de “los Calvos”, una banda de la comuna de Manrique, conocida por la venta de drogas, extorsiones y sicariato, entre otras conductas ilícitas.
Ojo a las “ofertas”
El comandante del Gaula Metropolitano de la Policía, mayor Gabriel Niño, le contó a EL COLOMBIANO que los casos reseñados son los únicos dos documentados este año en el Valle de Aburrá en la modalidad de secuestro exprés.
En 2020, en plena pandemia, ocurrieron 12, de los cuales se logró el rescate de cuatro personas y ocho más fueron liberadas por los captores. “En estos momentos no tenemos secuestrados pendientes de rescatar, ni de este año ni del pasado”, contó el oficial.
Desde su perspectiva, el secuestro exprés no es un delito extendido ni generalizado en el área metropolitana, sino practicado puntualmente por algunas bandas y como factor de oportunidad. Sin embargo, advirtió que se ha detectado una forma particular de tenderles la trampa a las víctimas.
“La denominamos ‘la falsa oferta de empleo’. Consiste en contactar a un ciudadano para ofrecerle un negocio o un trabajo
165 es la línea grautita nacional del Gaula de la Policía. La del Gaula Militar es 147.
relacionado con su profesión, y ponerle citas en barrios alejados de la ciudad o áreas rurales, para cometer allá el secuestro”, relató.
Otra víctima de esta modalidad fue un comerciante medellinense de 62 años, quien el pasado 8 de enero fue invitado a Santander de Quilichao (Cauca), donde supuestamente le iban a mostrar una finca para negociar. Allí fue secuestrado por un grupo ilegal que pidió $400 millones por su liberación; estuvo un mes cautivo, hasta que el Ejército y la Policía lo rescataron.
En algunos casos, los delincuentes ni siquiera necesitan cometer el plagio para exigir dinero: basta con conducir a la víctima a un paraje en el que no haya señal de celular, de forma que sus allegados no puedan contactarlo, para engañarlos diciéndoles que está retenido. Esto sucedió el año pasado, tal cual denunció este diario en ese entonces, con veterinarios embaucados en las montañas de Antioquia (ver el recuadro).
Ante esta situación, ¿qué