EL JARDÍN BOTÁNICO
Amable lector. Las escarpadas montañas de Antioquia, sus ríos y quebradas, los estrechos y pantanosos caminos por donde surcaban las mulas y bueyes, trayendo desde el lejano mar pesadas máquinas, turbinas y pianos, son el símbolo de una raza que debió luchar contra una naturaleza hostil.
Sus hombres, a pico y pala, rompieron la montaña para dar paso al ferrocarril. Don
Gonzalo Mejía, visionario y ejecutor, trajo la aviación, se crearon empresas, se construyó el Hospital de San Vicente, estimularon la educación y dieron ejemplo en el manejo de los dineros públicos.
Hoy se han perdido los ideales, fortalezas y valores de antaño. Tan cierto es ello que el alcalde de Medellín debió traer como secretaria a una persona de afuera y otros funcionarios más. A las ya conocidas dificultades de EPM, le agregó un desacertado manejo ilusionando a muchos con una demanda de más de nueve billones de pesos, que nadie está en capacidad de cancelar y que solo contribuirá a hacer más complejo e incierto el futuro de esta empresa.
Igual que en los grandes desiertos, un oasis es el lugar que permite que haya vida; el Jardín Botánico de Medellín es un verdadero oasis para la ciudad, donde el común de la gente, encuentra un lugar de sano esparcimiento. Disfruta de la naturaleza viva: árboles, plantas, flores y pájaros.
El Jardín Botánico es el mayor patrimonio que posee la ciudad al servicio de los barrios marginales. Allí encuentran no solo distracción sino que es el lugar más propicio para adquirir una mayor responsabilidad con el medio ambiente.
El Jardín Botánico a través de los años ha embellecido la ciudad con árboles, plantas y flores exóticas que son la admiración de propios y extraños.
El Jardín Botánico es la cuna de la investigación científica reconocida acá y en el exterior. Posee un herbario con la identificación de más de 89.000 ejemplares; incluyendo un poco más de 900 plantas descubiertas por esta entidad.
Alcalde, sin la menor duda, usted se equivocó al suprimir la mayor parte de los contratos con el Jardín Botánico. Y cuyos ingresos han sido manejados con transparencia, y los excedentes devueltos con creces a la comunidad.
Señor alcalde, lo invito a ir de incógnito un fin de semana al Jardín. Permanezca un par de horas observando a la gente que lo visita; muchos votaron por usted. Tenga presente que los contratos que le ha otorgado el municipio, no son un regalo. Son la mejor inversión en el lustre de la ciudad y en el bienestar de los menos favorecidos.
Si aún tiene dudas salga a recorrer la ciudad con el más auténtico científico de la naturaleza: el doctor Álvaro Cogollo. Después de escucharlo un buen rato estoy seguro que usted mirará con mejores ojos nuestro Jardín Botánico y comprenderá que es muy pequeño para Medellín y sus alrededores