HUMANOS 2.0
Quienes crecimos viendo las películas de Termitator con Arnold Schwarzenegger nunca nos imaginamos que ese mundo llegaría algún día de la mano con la evolución tecnológica. A decir verdad, el cine y la literatura crean escenarios distópicos que tarde o temprano la ciencia los hará realidad. Detrás de cada utopía duerme una carencia o un anhelo humano.
Desde un tiempo para acá, la tecnología no solo busca impactar la productividad de las cosas, aumentar la velocidad y por supuesto el análisis de datos, sino que también está buscando mejorar la raza humana. Ta vez este será uno de los debates éticos más importantes de cara al futuro. Cada día vemos más wearables para medir el ritmo cardíaco, temperatura, hidratación, horas de sueño, etc. Dispositivos adheridos al cuerpo externamente que, sin lugar a dudas, darán el próximo paso al ser incorporados en el cuerpo humano y así tal vez mejorar la raza humana.
La pregunta que nos debemos hacer es: ¿queremos tener superhumanos con mayores capacidades mentales, visión y olfato más agudo, con mucha mejor memoria? ¿Queremos superbebés modificados genéticamente donde la tecnología les da competencias que no les entrega la naturaleza? ¿Será esta la nueva era de la inequidad tecnológica donde el dominio lo tendrán quienes puedan modificar tecnológicamente sus ciudadanos? Pues muy probablemente sea así. De hecho, Elon Musk lanzó Neuralink pensando en cómo mejorar la pérdida de la memoria o la disminución visual en un paciente. Con un chip del tamaño de una moneda implantado en el cerebro y con pruebas ya realizadas en cerdos y con aprobación de la FDA en Estados Unidos, tal vez sea una realidad más que un sueño tecnológico.
Cuando una tecnología es acelerada por diferentes líderes globales comienza a gestarse una tendencia que sumarán hechos reales de futuro. Ya hoy lo presenciamos en los viajes comerciales al espacio, gracias a que los líderes tecnológicos, además de Musk, como Richard
Branson o Jeff Bezos, le apuestan a este riesgoso escenario comercial. O también lo que hace
Mark Zuckenberg en otra línea con empresas como CTRL-Labs de manipulación de dispositivos con los gestos de la cara, claramente mundos totalmente novedosos que implicarán riesgos tal vez incalculables hoy día.
Definitivamente el avance de la ciencia nos enfrenta a mundos inimaginables, tal vez incontrolables, que seguramente la legislación no logra enmarcar por lo menos en el corto plazo. A la falta de regulación debe la sociedad propender por una mayor ética en el desarrollo, y por un uso de las nuevas tecnologías en el cual los ciudadanos seamos más conscientes, en el cual la educación y la cultura nos ayuden a tener sociedades con mayor uso de razón, que eviten ser doblegadas por la apropiación de una u otra tecnología. Quizás sea esta una carrera tecnológica global imparable que si sabemos abordar traerá más beneficios que perjuicios.
Cuando le preguntaron a un grupo de personas que si estaban dispuestas a aumentar las capacidades de sus cuerpos usando nuevas tecnologías el 63 % respondió que sí, pero a la vez el 88 % estarían preocupadas de que sus cuerpos fueran hackeados según la empresa Kaspersky.
En definitiva, el mundo necesita más de las ciencias humanas para poder dar este debate con equilibrio. Al final, se trata de productividad ilimitada y sin freno con consecuencias aún inimaginables para la humanidad