UN LLAMADO A LA EMPATÍA Y LA SOLIDARIDAD
Esta tercera ola de coronavirus no puede ser superior al poder que tenemos para salir adelante desde el trabajo en equipo y la conciencia ciudadana.
En los últimos días las cifras de contagio de covid-19 han aumentado de manera alarmante en varias regiones y ciudades del país como Antioquia, Manizales, Armenia, Barranquilla, Santa Marta y Bogotá. Estamos viviendo una tercera ola de contagios que implica momentos de gran angustia para miles de familias que tienen algún ser querido enfermo, para el sistema de salud que llega a su máxima capacidad, para el personal médico que se ve desbordado pese a todos sus esfuerzos por salvar vidas y para millones de colombianos que no tienen los recursos suficientes para suplir sus necesidades básicas en medio de las medidas que se han retomado para detener la propagación del virus. Por estas razones, hago un llamado especial al autocuidado, a la empatía y a la solidaridad.
Esta semana, según los datos presentados en los informes del Ministerio de Salud, Antioquia se convirtió en la región con más contagios en el país; adicionalmente, la ocupación de camas UCI en el departamento fue superior al 97 %. A raíz de esto, más de 10 hospitales y clínicas del Valle de Aburrá y Rionegro se declararon en emergencia hospitalaria grado III al superar el 100 % de ocupación de sus camas UCI durante esta semana.
Debemos tener en cuenta que durante marzo hubo una mayor movilidad de personas, una flexibilización de las medidas y una percepción de “normalidad” y falsa seguridad por el inicio del plan de vacunación; de igual forma no es un secreto el agotamiento al que han estado expuestos los ciudadanos, la angustia y los altos niveles de estrés derivados de más de un año de pandemia. Tener presente estos factores es clave al momento de diseñar y fortalecer todas las campañas pedagógicas posibles, las estrategias enfocadas al autocuidado y la implementación correcta de medidas de bioseguridad que mitiguen el impacto de esta nueva ola de coronavirus.
La situación es compleja y exige acciones oportunas por parte de las autoridades gubernamentales al igual que la corresponsabilidad de la ciudadanía y de todos los actores sociales y empresariales decisivos frente a la contención del virus y la mitigación de sus efectos adversos. En este orden de ideas, es responsabilidad de las autoridades brindar información clara y verdadera, asumir con sensatez cada momento de la pandemia sin cantar victorias apresuradas, respaldar el arduo trabajo del personal de salud y no confundir a la ciudadanía con mensajes equivocados e imprecisos como la información emitida el pasado jueves por Daniel Quintero, que puso en riesgo la vida de miles de adultos mayores al indicar 78 puntos de vacunación que no estaban preparados. Lo más grave, es que no reconoce su error y ratifica la información evidenciando improvisación, indolencia, arrogancia y falta de empatía con la vida de las personas de nuestra ciudad, especialmente de los más vulnerables.
En medio de estas circunstancias debemos rodear a todo el personal de salud por su esfuerzo permanente y entrega en estos tiempos difíciles; así mismo, reconocer el compromiso del sector privado por aumentar en más de 200 la disponibilidad de camas UCI, algo que Daniel Quintero tampoco cumplió su palabra de 1000 UCI para la ciudad, las cuales hoy seguimos esperando y necesitando para afrontar estos días críticos.
Medellín ha tenido una especial capacidad de resiliencia y transformación. Esta tercera ola de coronavirus no puede ser superior al poder que tenemos para salir adelante desde el trabajo en equipo y la conciencia ciudadana. A este propósito debe sumarse de manera responsable el alcalde de la ciudad, pero sin jugar con la vida de nuestra gente. De lo contrario, la tarea estará incompleta