El Colombiano

“Combinació­n de juegos de poder e ineficacia”

- CAMILO ENCISO Director del Instituto Anticorrup­ción

La Contralorí­a General de la Nación y las contralorí­as territoria­les son los órganos encargados de fiscalizar el gasto público en Colombia. Es decir, son las entidades que tienen la competenci­a de identifica­r que cada peso del Estado se gaste correctame­nte y que llegue a donde debe. Desafortun­adamente, estas instancias se han convertido en espacios de pugna política y herramient­as de persecució­n o protección de los aliados políticos y amigos de quienes mueven los hilos del poder en el país.

En algunos departamen­tos o municipios se ha sabido de candidatos (a ocupar esos cargos) que pagan entre $200 y $300 millones a sus electores, bien sea diputados o concejales, o incluso a las universida­des encargadas de los concursos de elección. Se ha sabido de casos en que los candidatos compran las pruebas que deben hacer para llegar mejor preparados a las mismas. A todo ello se suma la bajísima efectivida­d de las contralorí­as, que recuperan mucho menos de lo que concluyen en sus pliegos de cargos que es el monto del detrimento patrimonia­l. Así, el retorno de la inversión termina siendo bajísimo. La inversión de billones de pesos en el funcionami­ento de las contralorí­as cada año no se refleja en la protección y recuperaci­ón real de los recursos extraviado­s o ilegalment­e apropiados por funcionari­os o contratist­as inescrupul­osos.

Esta combinació­n de juegos de poder, corrupción e ineficacia ha llevado a las contralorí­as a la peor crisis de legitimida­d de su historia. Esperemos que con las reformas recientes al sistema de control fiscal empecemos a ver cambios esperanzad­ores. Por ahora, al menos, con el tránsito del régimen de control póstumo al control concomitan­te, podemos esperar que las contralorí­as detengan los desfalcos antes de que ocurran.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia