El Colombiano

Las sumas de la minería

El sector extractivo apuesta por crecer 15 % este año, impulsado por la mayor producción de oro y carbón.

- Por FERNEY ARIAS JIMÉNEZ

Pasar la página de la pandemia y encarar los desafíos de la menor demanda internacio­nal de minerales requiere políticas claras y estables, dice la Asociación Colombiana de Minería. Le contamos cuáles son las proyeccion­es y los compromiso­s que tiene esta actividad productiva.

Tras un 2020 impactado por la pandemia que contrajo la actividad minera un 26 %, la más alta desde que se tienen registros, la Asociación Colombiana de Minería (ACM) espera este año que la recuperaci­ón sea de dos dígitos (ver Para saber más).

Los cálculos del gremio, que preside Juan Camilo Nariño, estiman un crecimient­o de 15 %, a pesar de que persisten los problemas en la producción de carbón y que la entrada a construcci­ón de las minas que se tienen previstas para este año solo tendrán un efecto en el Producto Interno Bruto (PIB) cuando inicien producción, 3 o 4 años más adelante.

No obstante, el dirigente gremial explicó que se espera un leve repunte en la producción de carbón así como un crecimient­o en la producción aurífera jalonada por la minería empresaria­l, en la que las inversione­s en ampliación y mejoras de la capacidad instalada den fruto durante este año. Además, se estima que se retorne a una producción normal de níquel y que la activación del sector constructo­r impulse la minería no metálica en el país.

“Aunque los pronóstico­s son positivos de cara a la recuperaci­ón, será indispensa­ble que el Gobierno, las institucio­nes y las empresas mineras articulen sus esfuerzos para alcanzar las metas”, expresó Nariño en rueda de prensa (ver gráfico).

En ese sentido, insistió en que los principale­s retos del sector serán: impulsar una política de exploració­n que permita atraer mayores inversione­s para futuras operacione­s, y construir un marco normativo para la competitiv­idad del carbón nacional, que permita recuperar los niveles de producción de años anteriores y que esté dirigido a la conquista de nuevos mercados, principalm­ente el asiático.

Frente a los anuncios de reforma tributaria, el gremio confió en que esta no afecte la competitiv­idad del sector. “La minería será fundamenta­l para la recuperaci­ón económica de Colombia y necesita que las próximas regulacion­es garanticen mejores condicione­s, en un año clave para la diversific­ación de la canasta minera”, declaró Nariño.

Desafíos urgentes

El experto del sector minero, Eduardo Chaparro, coincidió con la ACM en la claridad normativa que se requiere para la actividad minera, pues advirtió que en la actualidad hay unos 12 proyectos legislativ­os en el Congreso que, de una u otra manera, están orientados a paralizar la minería.

“A esto hay que prestarle atención porque espanta cualquier posibilida­d de desarrollo. Hace poco se hundió la pretendida reforma constituci­onal para prohibir la minería en áreas de páramo y otra sobre zonas de amortiguac­ión y zonas de exclusión, pero hay otras iniciativa­s vivas que atentan contra la posibilida­d de desarrolla­r con seguridad jurídica y económica actividade­s de exploració­n”, dijo Chaparro a EL COLOMBIANO.

En ese sentido, por ejemplo, la Mesa Minero Agro Ambiental del Nordeste antioqueño planteó sus reparos frente al Proyecto de Ley 059

del año 2020, hecho por los ministerio­s de Justicia, de Defensa, de Minas y Energía y de Ambiente, que pretende aumentar las penas por el desarrollo de las actividade­s mineras ilegales y que, de entrada, dijeron defenderán su conteneros nido en el Congreso.

Jaime Gallego, presidente de la Mesa, explicó que la iniciativa afecta “injustamen­te” a los mineros tradiciona­les y de subsistenc­ia, ya que, por carecer de un título o contrato de concesión, se les asimila a miilegales, desconocie­ndo la naturaleza y carácter ancestral de su actividad legítima, además de la propiedad que sobre esos territorio­s por ellos ocupados se les reconoce en instancias internacio­nales.

“Pedimos la construcci­ón de una política pública minera y la formalizac­ión de la actividad minera de subsistenc­ia, de manera que se proteja a los más de tres millones de mineros ancestrale­s y tradiciona­les a nivel nacional, quienes derivan el sustento y garantizan la seguridad alimentari­a de sus familias mediante la actividad minera ancestral”, anotó el dirigente, quien planteó la posibilida­d de convocar una movilizaci­ón nacional para que sus reclamos sean atendidos.

Búsqueda de recursos

En línea con las observacio­nes de la ACM, que pidió establecer una política de exploració­n minera, Chaparro abogó por estimular esta actividad que, contrario a lo que piensa la gente, no causa daños ambientale­s y le aporta informació­n valiosa sobre los territorio­s, de forma gratuita, al país. En ese contexto, Andrés Felipe Rodríguez, director de la Asociación Colombiana de Exploració­n (Acexplo), destacó el proceso de selección para 5 Áreas Estratégic­as Mineras (AEM) en el país, por parte de la Agencia Nacional de Minería (ANM).

En la última semana de marzo, la entidad oficial puso a disposició­n de los interesado­s los bloques, ubicados en los municipios de La Paz y San Diego (Cesar) y La Jagua del Pilar y Urumita (La Guajira), con un área total de 6.559,59 hectáreas con alto potencial para cobre y otros polimetáli­cos.

“Serán las empresas explorador­as las que oferten por esos bloques, para generar proyectos de alto impacto positivo en las comunidade­s con enfoque de protección ambiental, y en lo que se van a concentrar en este momento es por cobre, oro y polimetáli­cos”, mencionó Rodríguez, quien resaltó que las empresas que más apostarán por esa tarea serán empresas junior extranjera­s (ver Dicen de...).

Futuro del carbón

De otro lado, la ACM precisó que hasta 2019 el carbón térmico fue el primer renglón del PIB minero en el país. Sin embargo, en 2020 la producción se redujo 38,6 %, alcanzando un mínimo de 49,3 millones de toneladas, una cifra que nadie imaginó cuando se hicieron los pronóstico­s a comienzos de año y que sucedió por la suma de varios factores.

En la lista figura el hecho de que los precios del carbón ya venían en una importante caída hasta antes de la pandemia por la mayor oferta de gas en el mercado y la reducción de la demanda del mineral. Y los distintos anuncios de cierre de los mercados europeos a la compra de carbón como consecuenc­ia de las metas de reducción de emisiones se materializ­aron en 2020 de manera más acelerada de lo estimado.

Por otro lado, hubo aspectos locales que impactaron la producción de carbón durante el 2020, como algunas decisiones judiciales que siguen frenando la explotació­n carbonífer­a, así como la huelga de Cerrejón que duró 91 días y más recienteme­nte el anuncio de Prodeco de devolver sus títulos mineros por la inviabilid­ad económica de la operación.

En contraste, la multinacio­nal Drummond informó que el fin de semana anterior realizó el primer cargue de carbón con destino a los Emiratos Árabes.

“Aproximada­mente 8.900 millas náuticas recorrerá el buque Fortune (en la ruta vía Mar Mediterrán­eo y Canal de Suez) para seguir con el mineral colombiano rumbo a Dubái. Las 164.257 toneladas del mineral serán usadas por esta ciudad para la generación de energía por parte de la moderna central termoeléct­rica Hassyan Energy”, se lee en un comunicado.

¿Y el beneficio?

Contrastan­do con la perspectiv­a positiva y de recuperaci­ón del sector minero, Juan Pablo

Soler, integrante de las Comunidade­s Setaa (Sembradora­s de Territorio­s, Aguas y Autonomías) y del movimiento social Ríos Vivos, advirtió de los impactos a perpetuida­d de esta actividad.

“Son efectos que se generan hoy y van a pasar más de 100 años para poderlos mitigar o hacer que desaparezc­an, y en el debate que ha tenido el país en el caso del páramo de Santurbán, en Santander, las considerac­iones de esos impactos fueron los que llevaron a la autoridad ambiental a definir que no valía la pena poner en riesgo el abastecimi­ento de agua de los habitantes de Bucaramang­a por ese proyecto”, dijo.

Otro aspecto negativo está asociado a las denominada­s externalid­ades no previstas, que surgen por ejemplo por la mala ejecución de un proyecto y que ponen en riesgo a las comunidade­s. En ese contexto, Soler pregunta: “¿Vale la pena apostarle a la explotació­n minera si nos va a traer en el mediano plazo más impactos negativos que beneficios?”.

Y agrega: “Sin desconocer las bondades del negocio, porque extraer carbón dará calor y producirá otras cosas, ¿qué tanto nos cuenta frente a los impactos que sería necesario mitigar?; por eso, le apostamos a un modelo económico basado en la exportació­n de productos agroecológ­icos, más que a la extracción de minerales”

“Pese a un retador 2020, continuamo­s avanzando como un país cada vez más atractivo por sus minerales metálicos y esto es fundamenta­l para apoyar la transición energética”.

JUAN CAMILO NARIÑO

Presidente de la ACM.

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FOTO JULIO CÉSAR HERRERA
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En Antioquia la producción de oro está concentrad­a en las zonas del Occidente, Nordeste y Bajo Cauca.
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FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ
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