ASOMOS DE DIGNIDAD
El anterior –tercer– gerente de EPM tuvo un asomo de dignidad al haber renunciado al honroso cargo en las Empresas Públicas de Medellín porque le descubrieron unas inconsistencias, o mentiras, en la hoja de vida que presentó para acceder al manejo de tan importante empresa. Un gerente de la segunda empresa más importante del país no puede cometer ese acto de indignidad, al decir mentiras. Resulta que su momentáneo patrón lleva ya 15 meses viviendo de las falsedades en su cargo y muchas más durante la campaña mentirosa que adelantó para alcanzar el gran honor de ser alcalde de Medellín. Ese no tiene asomo de dignidad.
En esas manos estamos. En las manos de quien, desde los primeros días de su administración, trató de eliminar de un tajo a nuestra más querida empresa. En las manos de quien ha querido acabar con el Jardín Botánico, querido por todos, al quitarle los recursos producto de un contrato de mantenimiento de los jardines de la ciudad. Ruta N no ha sido ajena a las perversas intenciones del alcalde para cambiar la importancia de Medellín, como ciudad innovadora, para convertirla en una ciudad sin importancia alguna. Uno de los pocos parques deportivos que tenemos no se ha escapado de la perversa voluntad del alcalde de acabar con lo mejor, al querer quitarles la cancha de fútbol a los habitantes pobres de las comunas del nororiente y noroccidente de Medellín.
El alcalde mostró su odio contra lo mejor de Medellín y sus empresas, cuando, en su campaña, llamó ratón y le dio un queso al gerente anterior de EPM. Ese gerente sí duró los cuatro años del período del alcalde, ese sí fue superior y digno del cargo. No gerenció con mentiras, quiso a las Empresas, las defendió y manejó la emergencia de Hidroituango hasta recibir los aplausos de los funcionarios de ellas, al dejar la gerencia.
Los anteriores gerentes fueron nombrados por el alcalde de turno sin necesidad de mentir y decir que fue escogido por una empresa cazatalentos. Fueron nombrados por el conocimiento que se tenía de ellos, por sus capacidades bien conocidas, sin necesidad de recurrir a una firma importante pero extraña y desconocedora de los líderes antioqueños. El mismo desconocimiento que el actual alcalde tiene de los dirigentes de este departamento, a quienes ataca seguramente por envidia de sus aciertos. Estamos muy mal y la solución la tenemos con la revocatoria del mandato.
Los habitantes de Medellín tenemos en el voto, la posibilidad de hacer un cambio necesario para la ciudad, no nos podemos quedar callados, no se puede permitir la peligrosa abstención. En nuestras manos está la solución para tantos desaciertos y para despejar el futuro de la ciudad y de nuestra democracia.
Estamos al frente de una prueba, la revocatoria que, por extraña, no podemos ser indiferentes. La campaña del referendo apenas empieza y cada vez es más urgente para el futuro de la ciudad y del país. Las elecciones del 2022 están cerca y el compromiso de salvar a la patria cada vez es más importante. Empezaremos con la revocatoria
En nuestras manos está la solución para tantos desaciertos y para despejar el futuro de la ciudad y de nuestra democracia.