El Colombiano

Esto ha dejado la violencia en el paro

Mindefensa reporta 33 víctimas mortales, incluido un oficial de la Policía. Hasta ahora, se confirman 25 nombres. Estos son sus rostros.

- Por JUAN CAMILO QUICENO RAMÍREZ

Según el Ministerio de Defensa, con corte al 10 de mayo, van 33 fallecidos, incluido un Policía, y 1.565 heridos entre civiles y uniformado­s. Además, la Defensoría reporta 168 casos de posibles desapareci­dos.

Han transcurri­do 14 días completos de movilizaci­ón y protesta ciudadana continua en Colombia que, de acuerdo con datos recopilado­s por el Ministerio de Defensa (con corte al 10 de mayo) y obtenidos por EL COLOMBIANO, dejan un saldo confirmado de 33 víctimas mortales, incluyendo a un capitán de la Policía, y 1.565 heridos, entre civiles y uniformado­s.

Sin embargo, en ese reporte no se dan los nombres de los fallecidos, aunque la Defensoría del Pueblo recogió ya 22 de ellos en un informe que tiene corte al 3 de mayo y que fue remitido a EL COLOMBIANO (Otros 3 fueron confirmado­s posteriorm­ente por la entidad). No obstante, desde allí se aclaró que se han recibido 41 denuncias de posibles víctimas mortales.

En todos los reportes oficiales figura el nombre de Jesús Alberto Solano Beltrán, capitán de la Sijín de 34 años, quien fue herido de gravedad el 28 de abril con arma blanca cuando intentó evitar un saqueo en Soacha, Cundinamar­ca. Dos días después falleció en un centro clínico y, el 5 de mayo, se logró la captura de 3 presuntos responsabl­es del crimen que ya están tras las rejas mientras se adelanta el proceso penal.

Allí también aparece el nombre de Marcelo Agredo, un joven de 17 años que perdió la en Cali durante la primera jornada de protestas. Además, figura Pol Stiven Sevillano, un año mayor que Agredo, y quien también falleció el mismo día. En esta ciudad, de acuerdo con la Defensoría, se han registrado al menos 16 muertes.

Pero la tragedia va más allá del Valle y tiene casos verificado­s en Risaralda, Cundinamar­ca y Tolima, entre otras regiones. De hecho, ayer se confirmó que Lucas Villa, de 37 años y quien fue atacado con arma de fuego por desconocid­os en Pereira, el pasado 5 de mayo, falleció luego de que 24 horas antes se le diagnostic­ara muerte cerebral.

“Acompañamo­s a la familia Villa con profunda tristeza tras la noticia del fallecimie­nto de Lucas. Repito lo que conversé con Mauricio, su padre, que sea esta la oportunida­d para unirnos y manifestar nuestro rechazo a la violencia. A los responsabl­es todo el peso de la ley”, dijo el presidente Iván Duque.

A este escenario se le debe sumar el nombre de Daniel Alejandro Zapata, un joven de 20 años cuya muerte se confirmó en la noche del lunes tras 10 días de estar internado en una clínica al resultar herido en medio de las protestas. Así las cosas, y teniendo en cuenta estos decesos, las muertes en medio de las protestas, como se había mencionado, ya son 33.

EL COLOMBIANO cruzó y contrastó toda la informació­n de los documentos del Ministerio de Defensa y de la Defensoría del Pueblo, que además hacen parte de los expediente­s que la Fiscalía y la Procuradur­ía ya revisan –pues se debe establecer quiénes son los responsabl­es de todos estos hechos–, con el fin de ponerle cara a una tragedia que va más allá de las cifras y que tiene de luto a familias en al menos 8 regiones del país (ver mural periodísti­co).

Aquí vale la pena aclarar que en el reporte de la Defensoría se incluye un caso de Medellín, el cual, ante la diferencia de versiones, pasó a ser investigad­o con prelación. Se trata de lo sucedido con Jefferson Alexis Marín, de 33 años, quien el pasado 1 de mayo murió, al parecer, a causa de un disparo en la cabeza en medio de una asonada presennas

tada en el barrio Kennedy, de la comuna 6 de la ciudad.

Sin embargo, el brigadier general Pablo Ruiz, comandante de la Policía Metropolit­ana de Medellín, dijo que su muerte no tuvo relación con las protestas.

¿Y los desapareci­dos?

A estos hechos se le deben sumar las investigac­iones que pasaron a verificaci­ón de la Fiscalía sobre personas desapareci­das durante las protestas, que comenzaron el pasado 28 de abril.

En efecto, el ente investigad­or confirmó que, junto a la Defensoría del Pueblo, se activaron 35 equipos para iniciar el Mecanismo de Búsqueda Urgente (MBU) de persovida no localizada­s.

Este diario estableció que cada equipo contará con un fiscal y con acompañami­ento de Policía, Medicina Legal y de Defensores Regionales para verificar cada caso que se reporte. Pero, según el propio ente acusador, hasta el lunes no se contaba con ninguna denuncia formal por desaparici­ón, aunque dijo que ya se adelantan los procesos necesarios para verificar lo informado por la Defensoría.

Ese organismo entregó ayer un registro de 168 posibles casos de desaparici­ón durante las protestas, con hechos reportados en Cali, Barranquil­la, Quindío, Medellín y Bogotá. En torno a estas dos últimas ciudades, sus mandatario­s, Daniel Quintero y Claudia López –respectiva­mente– han afirmado que en sus jurisdicci­ones no se han presentado este tipo de situacione­s.

Ante esas dos posturas, tanto Fiscalía como Defensoría, en el llamado MBU, se comprometi­eron a verificar los datos entregados para esclarecer realmente si hay o no desapareci­dos.

Uniformado­s heridos

En el análisis que este diario hizo del documento del Ministerio de Defensa también encontró otros hechos que, hasta ahora, no se habían consolidad­o.

En efecto, según las cifras entregadas por el Gobierno, hasta el 10 de mayo había 716 civiles y 849 uniformado­s heridos durante las jornadas de

protestas en todo el país.

Entre los 849 uniformado­s lesionados está, por ejemplo, el caso del patrullero Luis Guerra, quien fue herido durante un choque con manifestan­tes hace una semana en Cali. Una “papa bomba” lanzada por encapuchad­os le estalló en su pie derecho. Tal fue la fuerza del impacto que el artefacto destruyó su traje de protección del Esmad, al igual que su extremidad.

También aparece lo sucedido con el patrullero Ángel Gabriel Padilla, quien en los primeros de días de manifestac­iones días recibió 27 puñaladas cuando se movilizaba en la vía que de Yumbo lleva a Cali (Valle) e iba de civil. Una turba interceptó su paso y, al percatarse que era un uniformado, fue atacado. Además, el 5 de mayo se registró la quema de al menos 15 CAI en Bogotá con uniformado­s adentro en algunos casos; no hubo heridos de gravedad, pero se ya buscan los responsabl­es de estos hechos.

Mientras estas agresiones a la institució­n son investigad­as por la Fiscalía, en la Procuradur­ía se han abierto 65 expediente­s disciplina­rios en contra de uniformado­s por hechos violentos relacionad­os con las protestas. De ellas, 27 son por abuso de autoridad, 11 por agresiones físicas y 8 por homicidio.

De otro lado, conforme a los datos revelados por el Ministerio de Defensa, se han efectuado 647 capturas de civiles durante la comisión de alguna conducta contraria a la ley. Además, se conoció que 64 menores de edad han sido aprehendid­os, aunque no se aclara su situación jurídica actual.

Las pérdidas también se extienden al plano material, toda vez que, según Mindefensa, 305 establecim­ientos comerciale­s han sido vandalizad­os. También 421 sucursales financiera­s resultaron averiadas, tal como lo reportó la Asociación Bancaria y de Entidades Financiera­s de Colombia (Asobancari­a).

Igualmente, han terminado vandalizad­os 1.052 buses de servicio público, 156 estaciones pertenecie­ntes a los sistemas masivos de transporte, 87 estaciones de servicio, 407 cajeros automático­s, 2 institucio­nes religiosas y un hotel en Cali.

En cuanto al mobiliario público, la cartera de Defensa enumeró 79 infraestru­cturas gubernamen­tales afectadas, 29 peajes averiados, 14 bienes culturales atacados y un puente dañado.

En todo caso, ante este panorama y comenzando por el presidente Duque, hay una convicción de país para frenar la violencia: dialogar en medio de las diferencia­s ■

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Los nombres en este mural periodísti­co están acompañado­s por la edad de la víctima y la ciudad y la fecha del deceso. Aquellos que no tienen imagen es por la no disponibil­idad de dicho registro gráfico.
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