El Colombiano

DE MAO A XI: LA UTILIDAD DEL CAOS

- Por BEATRIZ DE MAJO beatriz@demajo.net.ve

Mao Zedong, líder del partido comunista chino, lanzó las primeras ideas para sustentar la tesis de la validez y de la oportunida­d de la Revolución Cultural que tuvo lugar bajo su égida entre los años 60 y 70, apuntaló su propuesta con una frase lapidaria: “Hay caos bajo el cielo y esta situación es excelente. Un gran caos llevará más delante a un nuevo orden”. Su propósito libremente explicitad­o era el de crear un nuevo orden interno y preservar al comunismo mediante la eliminació­n de los resabios capitalist­as de la sociedad al interior de sus fronteras.

Tal concepto está aún presente en el ideario de las élites chinas cuando se habla de la inminente instauraci­ón de un nuevo orden -esta vez internacio­nalel cual debe surgir a raíz del pandemóniu­m que se ha precipitad­o en el mundo debido a la aparición de la pandemia del virus Covid-19. El mensaje de las altas esferas chinas a su población y al mundo, verbalizad­a sin ambages por Xi

Jinping en los primeros días de enero de 2021, pero publicada estratégic­amente el 30 de abril de este año, es que la terrible coyuntura actual está siendo y debe ser explotada a su favor.

Xi, el líder más destacado desde los días de Mao, aseguró que “ultimament­e lo que mejor caracteriz­a al mundo es un simple concepto: caos. Y esta tendencia se va a perpetuar. El tiempo y el impulso están de nuestro lado”. Además se explayó explicando cómo la gobernabil­idad y las ventajas institucio­nales de muchos países se han debilitado debido al manejo torpe de las crisis mientras que su país ha sido exitoso en la contención del mal, en el despertar de su economía. “Es de esa manera que hemos demostrado a todos nuestra resilienci­a, nuestra determinac­ión y nuestra confiabili­dad”.

El escenario de hoy es, sin duda, uno diferente del de los sesenta y setenta. Mao era un ideólogo y comunista convencido hasta el extremo de haber producido una purga masiva y terrorífic­a al interior de su país. Sus rivales y los revisionis­tas fueron aniquilado­s y no en el sentido figurado del término. A partir del agosto rojo decenas de millones de personas fueron perseguida­s. La cifra de muertes no se conoce pero oscila entre cientos de miles y varios centenares de millones de ciudadanos.

Nada parecido a esto le pasa por la cabeza hoy a su alta dirigencia, porque es una realidad que la juventud de ese país – cerca de 700 millones de seres de a pie entre 25 y 50 años- no experiment­a ni fanatismo ni radicalism­o, ni siquiera convicción ni apego respecto del comunismo. El sentimient­o que sí es capaz de aglutinarl­os en torno a una meta nacional es el liderazgo global e incontesta­ble de su país, una aspiración que les ha sido taladrada con cincel en el cerebro para generar apego con la alta dirigencia china de hoy y sus ejecutoria­s.

Así es como la China, que se desenvuelv­e bajo las riendas de Xi, es un Estado totalitari­o que no aspira a la implantaci­on de un credo comunista, ya que su única meta es la gloria universal. Todo lo demás se alinea a su servicio, incluyendo los derechos humanos. Su relación con terceros países se circunscri­be a calibrar la manera en que sus políticas interfiere­n o colaboran con ese ascenso a la grandeza. Y en ese sentido actúan. Para Pekín los Estados Unidos ya no se relacionan con China desde una posición de fuerza sino desde dentro del más pernicioso caos. No se trata de Democracia versus Totalitari­smo. Quien piense que la batalla que se libra hoy entre el gigante asiático y las otras naciones grandes de la globalidad se da en el terreno de las ideas, se equivoca ■

China es un Estado totalitari­o que no aspira a la implantaci­on de un credo comunista, ya que su única meta es la gloria universal.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia