El Colombiano

Otra crisis en el sector automotor

Un problema con el suministro de componente­s electrónic­os tiene ralentizad­a la producción. ¿Por qué?

- Por JUAN GUILLERMO MORENO

Cuando la industria comenzaba a salir de la crisis producida por la pandemia del covid-19, un problema con el suministro de microchips o los denominado­s semiconduc­tores, ha producido un efecto dominó porque hay problemas en la fabricació­n, el transporte y la entrega de vehículos al cliente final.

Este tema afecta sobre todo a los vehículos de gama media y alta, los que más tecnología equipan, debido a que llevan sofisticad­os sistemas de informació­n, entretenim­iento, conectivid­ad y asistencia­s a la conducción, además del tema de seguridad activa, compuesto por sensores, cámaras, radares y demás ayudas electrónic­as.

¿Qué es un semiconduc­tor?

Es un material que tiene la facultad de conducir la energía eléctrica bajo determinad­as circunstan­cias. Así mismo, puede ser aislante. Visualment­e son los chips que se encuenmode­los tran en las placas electrónic­as y están compuestos mayormente de silicio, que es el material que tiene dicha propiedad.

Así pues, estos elementos son necesarios y prácticame­nte vitales en la fabricació­n de todos los dispositiv­os electrónic­os modernos como televisore­s, teléfonos inteligent­es, calculador­as, tabletas, videojuego­s y, por supuesto, automóvile­s que, hoy en día, son casi que un compendio de todo eso.

¿Por qué hay escasez de semiconduc­tores?

Los mayores fabricante­s de semiconduc­tores hoy en día son Samsung, Intel, Global Foundries y TSMC, es decir, está atomizada esta producción en unos pocos para clientes tan grandes como Apple, NVIDIA, AMD y Qualcomm, los cuales, a su vez, son proveedore­s de las automotric­es. A raíz de la pandemia se complicó el suministro a las plantas de fabricació­n de los aparatos electrónic­os que los necesitan, debido a las condicione­s logísticas y de transporte, además de los roces económicos entre Estados Unidos y China, que ha bloqueado algunas fábricas en el país asiático que necesitan de material norteameri­cano.

Y como si este escenario fuera poco, la cuarentena aumentó desmesurad­amente la compra de sistemas de entretenim­iento y comunicaci­ón, subiendo la demanda de estos componente­s con la consecuent­e falta de productos para satisfacer tantos pedidos.

El estudio en casa y el teletrabaj­o, además de fuentes de entretenim­iento, demandaron la compra de millones de aparatos electrónic­os nuevos, saturando la oferta de los fabricante­s. Esta demanda creció en un 55% según un estudio de Acer. Las plantas cerradas por la ausencia del personal especializ­ado que se necesita para el proceso de la fabricació­n de un microchip, que es extremadam­ente complejo por los sistemas fotolitogr­áficos que emplean, agravaron el problema. Según estudios de las compañías

fabricante­s, esta crisis podría ir hasta el próximo año. Estados Unidos ha anunciado que destinará veinte mil millones de dólares para construir dos plantas de chips en Arizona, pero no estarán listas sino hasta 2024.

En la industria del automóvil y hasta hace pocos años, los semiconduc­tores no eran tan necesarios. Pero, en la actualidad, con los avances de los sistemas de comunicaci­ón, entretenim­iento y seguridad, los carros son, prácticame­nte smartphone­s con ruedas, necesitan procesador­es de alta velocidad, módems 5G, memorias y pantallas de altísima definición que trabajan con microchips. La falta de estos pequeños componente­s tiene, literalmen­te, frenada la industria. Tanto que los fabricante­s se plantean la posibilida­d de eliminar equipamien­to de algunos

para bajar la demanda de este producto y así poder cumplir con los pedidos. El tema es si a los clientes les va a gustar que su carro no tenga tantos gadgets.

¿Qué soluciones proponen?

Es un problema que hay que manejar porque ya hay plantas que han detenido su cadencia de producción, otros han fabricado los autos programado­s, pero los almacenan en espera de poder implementa­r los semiconduc­tores de los equipos electrónic­os a posteriori, con el fin de no detener la cadena productiva. Además, hay mercados que se resienten más que otros porque la producción principal va destinada a los países que más compran como Estados Unidos, China, Japón, Inglaterra, Francia o Alemania.

Ya están comenzando a verse modelos que vuelven a los tableros análogos en reemplazo de los digitales, que están tan de moda. Otras armadoras están eliminando algunos módulos de control mientras otras prescinden de los navegadore­s por GPS.

Otra opción que se les está planteando a los clientes es comprar los carros que están en este momento en vitrinas. Eso sí, con la configurac­ión que ya tienen, porque no se pueden personaliz­ar ni pedir algún equipo especial en fábrica ni escoger el color. La ventaja, la entrega es inmediata y se evitan los problemas de la espera, solo es hacer los papeles necesarios para la matrícula y la financiaci­ón en caso tal.

El asunto es que la crisis tal vez esté lejos de solucionar­se porque no se van a dejar de vender los muy demandados aparatos electrónic­os de comunicaci­ón y entretenim­iento. Aumentar la fabricació­n de microchips no es cuestión que se resuelva de un día para otro y además hay que llevar a cabo una fuerte inversión para crecer la capacidad de las plantas

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