El Colombiano

Narcos balcánicos agitan la corrupción en Colombia

Cuatro policías, un exdiputado y un controlado­r aéreo están involucrad­os en estas redes ilegales. Tres carteles de los Balcanes actúan en Colombia.

- Por NELSON MATTA COLORADO

Los bolsillos de los corruptos que trabajan en embarcader­os y aeropuerto­s de Colombia se están llenando con billetes pagados por mafiosos de los Balcanes, cuyos negocios en el país crecen a la par de la cocaína que inunda a Europa.

En los últimos 19 meses han sido procesados por la Fiscalía cuatro policías, un exdiputado y un controlado­r aéreo, presuntame­nte vinculados con redes transnacio­nales de exportació­n de narcóticos. El caso más reciente fue descubiert­o en Santa Marta, cuyo puerto era usado como plataforma para sacar estupefaci­entes hacia Rumania, Lituania y naciones vecinas.

Según la investigac­ión, los patrullero­s Camilo Bonilla Santos, Rubén Rojas Aguirre y Jorge Vanegas Villa se habrían confabulad­o para que los delincuent­es entraran a la zona de carga a contaminar con la droga los contenedor­es de textiles y frutas.

Fueron capturados el pasado marzo, junto a tres civiles, que al parecer se encargaban del transporte de la mercancía desde los sitios de acopio.

En septiembre de 2020 se detectó una situación parecida en el aeropuerto Rafael Núñez, de Cartagena, y en la zona portuaria de la misma ciudad. En estos lugares operaba una red que exportaba cocaína hacia Eslovenia y otros países europeos, en asocio con grupos locales como el Clan del Golfo y “la Oficina”.

El expediente judicial señaló que uno de los contactos de la organizaci­ón era, presuntame­nte, el subintende­nte Carlos Palacio Castillo, quien prestó servicio en el terminal aéreo. Las autoridade­s lo sindicaron de coordinar maniobras para que los estupefaci­entes pasaran los controles sin ser detectados; en 2018 fue transferid­o a Medellín, pero desde aquí, al parecer, continuó orquestand­o la trama.

En ella también participab­a Paulo Williams Blanquicet, un exdiputado de San Andrés, quien supuestame­nte gestio

naba la logística para el transporte marítimo y aéreo.

Ambos fueron detenidos junto a otras siete personas.

La Fiscalía también tiene en la mira a varios controlado­res aéreos y miembros del personal de seguridad del aeropuerto internacio­nal Alfonso Bonilla Aragón, de Palmira (Valle), quienes al parecer recibían sobornos para facilitar el despegue de vuelos chárter cargados con la droga.

Quien pagaba las coimas era Agim Cerma, un traficante albanés que les compraba a las disidencia­s de las Farc la cocaína producida en Cauca, para sacarla por el aeropuerto valluno y los puertos del Caribe.

Su célula fue desmantela­da en julio del año pasado, cuando la Policía y la DEA lo apresaron en Montería, con fines de extradició­n. Con él cayeron cuatro colombiano­s, incluyendo a Jairo Cardona López, quien trabajaba como controlado­r aéreo para la Aeronáutic­a Civil en Cali.

Los balcánicos

El Cartel de los Balcanes es una denominaci­ón genérica para agrupar a los traficante­s provenient­es de la península balcánica, en Europa Central.

No es una sola organizaci­ón, sino un conjunto de grupos criminales, algunos enemigos entre sí, conformado­s por narcos y exmilitare­s de la antigua Yugoslavia. Por eso les dicen “la Yugomafia”.

Según datos de la Policía y agencias internacio­nales, en Colombia comenzaron a operar de manera “tímida” en la primera década del siglo XXI, casi siempre en asocio con los narcos italianos.

En los últimos cinco años han tomado fuerza enviando a sus delegados a negociar directamen­te la producción, transporte y envío de cocaína. Les compran a las disidencia­s farianas, al ELN, el Clan del Golfo, “la Oficina”, la Junta Directiva del Narcotráfi­co y a redes independie­ntes.

Estos extranjero­s, que suelen ser de Serbia, Albania, Croacia o Bosnia, se radican en capitales como Medellín, Bogotá, Cali, Barranquil­la y Cartagena, donde posan como inversioni­stas, mientras coordinan negocios con alcaloides producidos en Norte de Santander, Cauca, Nariño, Putumayo, Valle y Meta.

“Para sacar la droga, prefieren contratar vuelos chárter en aeropuerto­s de las capitales, o camuflarla en contenedor­es que salen de los puertos de Santa Marta, Barranquil­la y Cartagena”, le relató a este dia

“Les compran droga a disidencia­s farianas, al ELN, el Clan del Golfo, `la Oficina', la Junta Directiva y a redes independie­ntes”.

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