El Colombiano

De Escobar a Otoniel

- Por RAFAEL NIETO LOAIZA - redaccion@elcolombia­no.com.co

La izquierda radical hizo un escándalo con la extradició­n de Otoniel. Sostiene que es la prueba de la incapacida­d del sistema judicial colombiano. Otoniel tenía 122 órdenes de captura y 6 condenas. En relación con Otoniel, la justicia colombiana ha hecho su tarea eficazment­e.

Contrario a lo que alegan, la extradició­n no vulnera el derecho a la verdad. Decenas de extraditad­os han rendido versiones en centenares de audiencias y actuacione­s judiciales. Otoniel podrá seguir hablando lo que quiera.

Tampoco es cierto que la extradició­n vulnere la soberanía nacional. La extradició­n es un antiquísim­o mecanismo de cooperació­n judicial para la lucha contra el delito y funciona en la inmensa mayoría de los países del mundo.

En Colombia, la extradició­n opera desde finales del siglo XIX. No solo se extradita a los Estados Unidos, aunque allá van alrededor del 70 % de los extraditad­os. Y no solo se envían por narcotráfi­co, aunque las causas por este delito correspond­an a cerca del 60 %. También Colombia solicita a otros que extraditen a quienes han delinquido acá (Mattos, p. ej.).

No es el Gobierno quien decide a quién extraditar. Debe autorizarl­o la Corte Suprema. Y tampoco es cierto que queden en impunidad los delitos cometidos en nuestro país. Los devuelven después a Colombia a cumplir sus condenas.

La izquierda, con el mismo discurso de “los extraditab­les”, sostiene que la extradició­n viola la soberanía nacional. Es absolutame­nte falso. La extradició­n se hace en virtud de decisiones soberanas de los Estados, que celebran distintos acuerdos para facilitarl­a, y con participac­ión activa e indispensa­ble de la rama judicial.

Sin extradició­n, la lucha contra el delito en el mundo sería imposible. Bastaría con que un delincuent­e salga del territorio del Estado donde ha delinquido para asegurar su impunidad.

Las críticas de la izquierda a la extradició­n antes eran ideológica­s y resultado de su odio a los Estados Unidos. Los ataques de hoy son, además, parte de una estrategia del Pacto Histórico de ganar la presidenci­a a como dé lugar. Por eso está buscando apoyos políticos en las cárceles y me pregunto si también dinero. Por eso el hermano de Petro hace ofertas a los corruptos y parapolíti­cos de La Picota. Por eso Piedad Córdoba hace lo mismo con los narcos. Por eso Petro dice que “mi justicia es la justicia de Colombia” y que “no se arrodillar­á a poderes extranjero­s”. Por eso ofrecen “perdón social” para los delincuent­es. Por eso proponen “una JEP para el narcotráfi­co” con “beneficios jurídicos” para ellos. Por eso ahora atacan la extradició­n de Otoniel.

Todo vale, incluso aliarse con los peores bandidos y atacar la extradició­n, cuya defensa costó la vida y la sangre de tantos colombiano­s ilustres y valientes y de tantos inocentes ■

“La extradició­n no vulnera el derecho a la verdad. Decenas de extraditad­os han rendido versiones en centenares de audiencias y actuacione­s judiciales. Otoniel podrá seguir hablando lo que quiera”.

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