El Colombiano

A punta de whatsapp, el Clan del Golfo paró barrios de Medellín

En cinco barrios de la comuna 8 se sintió más el paro, principalm­ente con el cierre del comercio.

- Por SANTIAGO OLIVARES TOBÓN

Dicen que el voz a voz es la mejor forma de hacer publicidad. Y esta estrategia, apoyada con difusión de informació­n a través de WhatsApp fue clave para generar terrorismo en cinco barrios de la parte alta de la comuna 8 (Villa Hermosa), quienes vivieron en carne propia los estragos del paro armado del Clan del Golfo, cerrando del todo sus negocios. En otros sectores de Medellín también hubo intimidaci­ones, pero el miedo no los frenó del todo.

Desde el mediodía del jueves hasta la medianoche del domingo, en La Sierra, Villa Lilliam, Villa Turbay, La Arenera y Las Mirlas se vivieron 84 horas de constante incertidum­bre ante un posible ataque, que se originó por el envío de un panfleto en las redes sociales, a nombre de las Autodefens­as Gaitanista­s de Colombia (AGC), como también se hace llamar esta estructura criminal.

“Se le mandaron los comunicado­s a los líderes a través de WhatsApp y luego se empezaron a ver algunos hombres diciendo que tenían que cerrar, que no se debía ver gente en la calle o se debían someter a las consecuenc­ias”, dijo un líder de uno de los barrios de esta comuna del oriente de Medellín.

Al comenzar la tarde del pasado jueves, ningún establecim­iento comercial de estos barrios pudo abrir sus puertas y la comunidad estaba sitiada por el miedo. “En las calles se veían algunas personas, diciéndole a la gente que se entrara, poniéndose la mano en la cintura para mostrar que estaban armados”, señaló un habitante del barrio Villatina.

Pero el voz a voz fue más fuerte en Villa Turbay. No hubo panfletos ni sujetos armados recorriend­o las calles. Comentario­s entre los vecinos que llegaron a los comercios, hicieron que la comunidad se atemorizar­a y prefiriera encerrarse, pese a la promesa de garantías de las autoridade­s de que nada iba a pasar.

“Acá no se vio un panfleto, no se vio nada raro, pero los comentario­somentario­s de la gente generaron mucho temor entre la comunidad y con lo que estaba pasando más arriba, todo se cerró”, relató un vecino.

Pero esta soledad duró hasta el sábado, cuando los delincuent­es, por medio de otro panfleto, permitiero­n que las comunidade­s pudieran ir a las tiendas a abastecers­e, aunque sin permanecer mucho tiempo en las calles.

“Mandaron un panfleto por WhatsApp donde decían que los negocios debían abrir durante un rato, como para que la gente tuviera lo necesario, y luego debían cerrar”, expresaron desde Villatina.

Los habitantes de los sectores afectados destacaron que el transporte público, al menos las rutas integradas, siguieron movilizand­o a las personas durante estas jornadas de miedo. “Si no fuera por el Metro, no nos hubiéramos podido transporta­r porque los chiveros no subían y los taxis, menos”, relató uno de los habitantes afectados.

Miedo sí, cierres no

En otras zonas de injerencia del Clan del Golfo en Medellín, como son San Antonio de Prado, Belén Rincón y La ColinitaCo­linita, sí hubo intimidaci­ones y hasta algunos tiroteos, situación que si bien no cerró los negocios, hizo que la gente prefiriera resguardar­se en sus casas y el transporte pasara tan esporádica­mente como en los tiempos de aislamient­o estricto por la pandemia del covid-19.

“Se vieron algunos muchachos pasar por las calles, en motos para arriba y para abajo, tratando de mostrar que eran de los `Gaitanista­s', pero nada más. Pero la gente prefirió no salir y los buses pasaban cada media hora, cuando normalment­e lo hacen cada cinco minutos”, dijo un líder del barrio El Limonar, de San Antonio de Prado, uno de los fortines de esta estructura en materia de entrenamie­nto delincuenc­ial.

Julio Rengifo, defensor de Derechos Humanos de la comuna 16 (Belén) y el corregimie­nto Altavista, resaltó que la fuerza del paro armado se vivió en Belén Rincón, por medio de la banda de Barrio Bolsa, que ejerce poder ilegal en Balcones de Serranía y en el sector que le da el nombre a la estructura.

“No fue tan complicado como en el pasado, donde se quemaron buses y hubo enfrentami­entos, pero sí se sintió el miedo y algunos negocios cerraron, otros no”, manifestó Rengifo, quien también aseguró que en el corregimie­nto Altavista, donde habría vínculos de las AGC con otras bandas no hubo ninguna situación de seguridad.

El comandante de la Policía Metropolit­ana, general Javier Josué Martín, destacó que en la ciudad solo se presentó, de forma grave, la situación en la comuna 8 y resaltó que el accionar de la Policía Metropolit­ana ayudó a restablece­r el control. Manifestó que se presentó una captura por estos hechos y ya se están tras la pista de otras personas que estarían a cargo de estas intimidaci­ones.

Zonas de influencia

El Clan del Golfo no tendría participac­ión directa en Medellín y el Valle de Aburrá, pero

se apoyaría con los hombres de algunas estructura­s organizada­s, siendo la más fuerte la banda de La Sierra, que tendría a cargo su ala militar en el Frente Metropolit­ano o Comisión Medellín, como es llamado por las autoridade­s.

Luis Fernando Quijano, vocero de la Corporació­n para la Paz y el Desarrollo (Corpades) señaló que esta estructura delincuenc­ial lleva 12 años haciendo presencia ilegal en Medellín. Destacó que otro de los fortines es El Limonar N° 1, en San Antonio de Prado; y en Barrio Bolsa, además de vínculos en Bello y Caldas, a través de los grupos Pachelly y La Miel, respectiva­mente.

Los informes de inteligenc­ia darían cuenta que todo el frente armado sería manejado desde La Sierra, pero en las demás zonas hacen presencia con el manejo del microtráfi­co, principalm­ente. Además, tendría algunos cabecillas con salarios pagados directamen­te desde la cúpula mayor.

Aunque el paro ya terminó, el miedo sigue rondando entre las comunidade­s afectadas y si bien ya pudieron abrir sus puertas, los mensajes y hechos como el ocurrido ayer en Ituango siguen generando zozobra en los barrios donde se sabe que hace presencia el Clan del Golfo ■

“Se vieron algunos muchachos pasar por las calles, en motos para arriba y para abajo, tratando de mostrar que eran de los `Gaitanista­s'”.

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Infografía: EL COLOMBIANO © 2022. (N4)
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En este se les dio aval a los comercios para abrir 12 horas.
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Con este panfleto se obligó a los cierres en la comuna 8.

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