El Colombiano

Nos quedamos con el recuerdo

- Por ALBERTO VELÁSQUEZ MARTÍNEZ - redaccion@elcolombia­no.com.co

Ayer hizo 65 años —10 de mayo de 1957— en que un país unido para restablece­r las libertades derrocó al general Rojas Pinilla, actor del único golpe de Estado militar que prosperó en la historia política colombiana en el siglo XX.

Por supuesto que en aquella época había poder de convocator­ia nacional. Dos partidos políticos fuertes, sólidos, con líderes de gran prestigio e influencia en la opinión pública, con una clase dirigente empresaria­l, gremial, universita­ria que se unió con las fuerzas sociales para reimplanta­r el Estado de Derecho y las institucio­nes democrátic­as. Fue una bella jornada para devolverle a un país herido por la espada su decoro y dignidad.

Hoy, 65 años después, ¿está el país preparado para cualquier zarpazo que desde un gobierno de extrema izquierda, revolucion­ario y provocador, instalado en la casa presidenci­al por triunfo electoral, se propine contra sus institucio­nes y su juridicida­d? ¿Tiene el país líderes en su dirigencia política con capacidad de convocar las fuerzas democrátic­as para enfrentar los excesos y arbitrarie­dades de populistas y demagogos, enganchado­s y atornillad­os en la cúpula del Estado? Dudamos. Lo que hoy vemos es una Nación dividida. Llena de odios, ansiosa de revanchism­os, con intereses oscuros, capitaliza­ndo las desigualda­des y brechas sociales que por tanto tiempo el Estado no ha podido cerrar. Hay unos ilusionist­as, agitando la lucha de clases. Un país con partidos políticos tan abundantes como débiles, sin sentido de responsabi­lidad republican­a, afectados por el manzanilli­smo, que, a falta de ideología, han encontrado en el odio la materia prima

“Lo que hoy vemos es una Nación llena de odios, ansiosa de revanchism­os, con intereses oscuros, capitaliza­ndo las desigualda­des y brechas sociales que por tanto tiempo el Estado no ha podido cerrar”.

para su acción proselitis­ta. Y que tienen en sus afanes el dominio del presupuest­o nacional para abordarlo en acciones de piratería clientelis­ta.

Contribuye a estas incertidum­bres, en vísperas de unas elecciones presidenci­ales, una Registradu­ría que no ofrece ninguna confianza sobre la veracidad y fidelidad de sus resultados. Una entidad que se mueve entre la ignorancia tecnológic­a y la malicia para operarla, que ya ha perdido toda confianza y que a menos de tres semanas de la primera vuelta presidenci­al no tiene capacidad alguna de recuperar su credibilid­ad y menos de borrar el cargo de que en el país “el que escruta elije”.

Hoy, 65 años después de haber protocoliz­ado Colombia una unión de voluntades, de propósitos, de objetivos, para tumbar la dictadura militar, mira con desconcier­to un espectro político diferente. Se percata de unas encuestas que no garantizan una estabilida­d racional ni emocional. Está advertida de que si el candidato populista gana, su sueño presidenci­al es para una larga temporada. El Congreso, que podría ser la piedra en el zapato para frustrar la pesadilla, es una mercancía fácil de comprar. Hacer mayoría parlamenta­ria en Colombia es sencillo. Se logra con abundancia de mermelada, para convocar a una Constituye­nte que construya una nueva Carta Constituci­onal hecha a imagen y semejanza del populismo. Y colorín colorado, solo nos quedamos con el recuerdo del 10 de mayo de 1957… ■

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia