El Colombiano

La absurda lógica de los hechos aislados

- Por LUIS FERNANDO ÁLVAREZ JARAMILLO - lfalvarezj@gmail.com

Un hecho es un acontecimi­ento del hombre o de la naturaleza que se presenta dentro del devenir del orden del universo, sin que genere ninguna consecuenc­ia diferente a su propia ocurrencia. El hecho jurídico es también un suceso que tiene origen en fenómenos naturales o humanos, pero la ley lo capta y sanciona para hacerle producir efectos jurídicos; por ejemplo, la muerte o la caída de un poste, en cuanto afecten a un individuo o grupo y puedan dar origen a responsabi­lidades personales o institucio­nales.

La Real Academia de la Lengua dice que aislado es un adjetivo que se refiere a algo “solo, suelto, sin relación con otros”. Se presenta como lo que es singular o anecdótico dentro de un conjunto o de un plan. Son sinónimos: “Solitario, retirado, apartado, incomunica­do, arrinconad­o, desatendid­o, postergado, esporádico, ocasional, excepciona­l” ( Diccionari­o manual de sinónimos y antónimos Vox, Larousse, 2022).

Lo aislado es único e irrepetibl­e en las mismas circunstan­cias y tiempo. Para que se cumplan estas condicione­s, lo primero que hay que tener claro es que se trate de un suceso único. Cuando el singular se cambia por el plural, la lógica comienza a desechar el concepto de aislado. Una bandada de mil pájaros, en cuanto número plural, no puede mirarse como un pájaro aislado que se repite mil veces, aunque la bandada en sí misma puede ser un fenómeno aislado, cuando es la única que se presenta. Un enjambre de diez mil abejas no son una abeja aislada que se repite diez mil veces, sino que es un conjunto plural. Un

“La destrucció­n de bienes inmuebles o la retención de poblacione­s, como acaba de ocurrir en Colombia, no pueden tomarse como un hecho aislado, sino como hechos jurídicos frente a los cuales hay que asumir responsabi­lidades”.

homicidio esporádico en una sociedad homogénea y articulada puede tomarse como un hecho aislado. Dos mil homicidios en un corto espacio de tiempo no pueden tomarse como dos mil hechos aislados, sino que obedecen a una secuencia cultural o social. La destrucció­n de bienes inmuebles por parte de manifestan­tes o de grupos ilegales, el secuestro o retención de poblacione­s, como acaba de ocurrir en Colombia, no pueden tomarse como un hecho aislado que se repite en veinte o más municipios, son acontecimi­entos que obedecen a causas estructura­les que los convierten en hechos jurídicos, frente a los cuales hay que asumir responsabi­lidades políticas, jurídicas y sociales, personales e institucio­nales.

En nuestro país, cada que sucede una situación de alteración del orden público, con afectación a bienes y personas, las autoridade­s legítimame­nte constituid­as, así como los líderes de movimiento­s ilegales, tratan de minimizar su responsabi­lidad con respecto a lo que ocurre, afirmando, cada uno desde su óptica, que el asunto no es grave porque se trata de hechos aislados ocasionado­s por algunos desadaptad­os. Olvidan que la repetición de circunstan­cias y causas y la necesidad de su descripció­n en plural hacen que sea absurdo calificarl­os como “hecho aislado”.

En la descripció­n y justificac­ión de hechos materiales que trasciende­n a efectos jurídicos y políticos opera la absurda lógica según la cual la suma de muchos hechos da como resultado la ocurrencia repetida de un hecho aislado ■

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